1. Llevamos la fiesta en las venas
Eso sí que es un defecto ventajoso, la fiesta nos persigue y, por mucho que intentemos evitarla, llena nuestras calles y nuestras plazas. Cualquier excusa es buena para montar un sarao y por ello destacamos en cualquier evento como “el alma de la fiesta”. Gente de todo el planeta: si queréis montar una buena, avisad a un grupo de valencianos, veréis qué rápido nos liamos.