1.
Un viajero necesita, por lo menos, veinte días para su viaje.
A un turista le bastan “siete días/cinco noches”.
2.
Y, aunque nuestro viajero pueda irse por sólo cinco días, sus viajes siempre son a paso lento, como si efectivamente contara con esos mínimos veinte días que necesita.
3.
Un viajero suele ser más ahorrativo porque ello le permite estar más tiempo de recorrida.