1. A que se vaya la luz.
Durante las escasas pero torrenciales lluvias veraniegas, no es cosa rara que uno o varios postes de electricidad se colapsen por los vientos huracanados. Y bueno, el aire acondicionado gracias al cual tus veranos son menos miserables necesita electricidad para hacerte la vida más fácil. Y si la luz no vuelve antes de que oscurezca, pasamos a la siguiente tragedia…