1. A que comience a llover mientras manejas por López Mateos.
Si te agarra el aguacero mientras navegas (literalmente) por una de las principales vialidades de la ciudad sabes que, o le llamas a un Uber Lancha o sacas tu tabla para esperar, cual Rose en Titanic, a que alguien venga al rescate. No hay carro que resista la ira de una tormenta tapatía.