1. Sándwiches y torretas en el EME
A mí me llevó mi amigo Alain hace unos años. “Aquí hacen los mejores sándwiches de Bilbao, y del mundo”. Y tanto. Es un bar de esos de toda la vida, donde no se te considera un marrano si tiras las servilletas al suelo después de limpiarte los morritos.
Desde que el bisabuelo Emeterio abrió el local, en menos que canta un gallo te preparan sus famosos triángulos y torres con los ingredientes más frescos, pan artesano y su exquisita e inimitable salsa secreta, dando de comer y beber a bilbaínos y no bilbaínos. Son ya cuatro las generaciones familiares dedicadas al mismo negocio, en el mismo establecimiento y con el mismo estilo. Si prefieres, puedes llevártelo a casa.
Dirección: Concha Jeneralaren Kalea, 5