1. La comida barata
Lo más normal es que al sevillano que sale por primera vez de su ciudad le entre un fuerte dolor de estómago al comprobar que por una caña le han cobrado cuatro euros y más de diez por media ración de comida. “Te la han clavado pero bien”, que diríamos por estos lares. Cómo se echa de menos eso de comer por menos de diez euros.