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15 Señales de que creciste en Chile

Chile
by Nicolás Vergara 19 Mar 2015

1. El 18 no es solo un número.

Es nuestro feriado favorito y aniversario de la primera junta de gobierno, que no dura solo el 18 de septiembre, sino que se prolonga -como mínimo- a tres días de fiestas y celebraciones. Tiene unas 42 expresiones, más o menos, que asociamos a los festejos.

Hay gente que hasta jura por su madre que se puede tomar en la calle, porque todo vale. ¡He sido testigo de personas parrillando en la cabina de una camioneta andando! Dame Mardi Grass, King’s Day, St Patrick’s o cualquier festival: el 18 se para de igual a igual.

2. No te llaman la atención los perros callejeros… aunque sean 4 millones.

Hay más de 4 millones de perros vagos en Chile. Sin embargo, esto que tanto le llama la atención a los extranjeros, para ti es normal. La mayoría son amigables, fieles y súper inteligentes. Son parte del folklore criollo. Verás que cuando caminas, solo te escoltarán hasta tu casa, a cambio de nada más que compañía. Aunque hay veces que se van de largo, como cuando vi a uno sentado en el Aeropuerto de Calama, ¡en la sala para embarcar!

3. El “guatero” es tu mejor amigo en el invierno.

Esa bolsa de plástico o látex que contiene agua caliente te hace más fácil el aventurarte al entrar debajo de esas gélidas sábanas invernales. Lo que es la calefacción para los países desarrollados, el “guatero” lo es para los chilenos.

4. Te cansaste de escuchar amenazas del “chupacabras”.

El hecho de que un monstruo volador se coma a los animales en el campo te parece poco creíble. No sabes si existe o no, pero cuando niño le tuviste miedo. Cada vez que en la televisión salía un viejito en las noticias y no tenía explicación para la bestial muerte de alguno de sus animales, re-considerabas lo del supuesto “chupacabras”.

5. Sabes lo débil que está la capa de ozono en el Hemisferio sur. 

Es que al crecer en lugares como Chile, sabes perfectamente cómo son las estaciones del año y cómo cuidarte en cada una…

Al ir al colegio cuando niño en invierno (especialmente en la región centro y sur del país), tu mamá te ponía calzoncillos largos, bufandas, gorritos, chaleco, chaqueta, parcas y lo que fuese que abrigase. En verano, tu misma santa madre te embetunaba hasta las orejas con bloqueador solar para ir a la playa y que ni se te ocurriera salir sin gorrito a la calle: “no ve mi’jito que la capa de ozono ya no protege”.

6. Sabes lo que es una “sopaipilla”.

Y no hay nada más sublime que comer una en un día de lluvia, ya sea en tu casa bien abrigado o bien en la calle, en los carritos de comida al terminar el “carrete”, socializando con quien sea. Acompañados de pebre, mostaza o sola, la “sopaipa” es un clásico chileno.

7. Entiendes lo que es un ¡PLOP!

Leíste Condorito y/o Barrabases, ya sea por decisión propia, por regalo de tu papá, porque lo leía tu hermano mayor, porque estabas aburrido esperando en la peluquería o porque simplemente llegó a tus manos. Lo cierto es que conociste quién era “Condorito” o “Pirulete”, y si llegaste a coleccionar alguna de esas tiras, le tienes un profundo e inquebrantable cariño.

8. No tomas trago, “piscoleas”.

Sí es verdad, somos país productor de vino, pero si te vas a juntar a tomar con los “cabros” como se debe, no va faltar el pisco (bueno solo al principio). Es transversal y su uso es tan frecuente que ya es un verbo: piscolear. Dicen que el pisco es peruano y puede ser… pero díganme: ¿qué mayor demostración de amor que llevar (como si fuese un cepillo de dientes) una o varias botellas de pisco cada vez que sales del país? ¡Nada!

9. No le tienes miedo a los temblores.

Pero sí a los terremotos, que es muy diferente. En Chile, por ser un país sísmico, tenemos sismos, temblores y los temidos terremotos. Todos diferenciados por la magnitud de sus movimientos telúricos, siendo el terremoto el más destructor. Un chileno al menor movimiento se pondrá alerta, pero no correrá despavorido. Ahora, si persiste y se intensifica, acercándose a un terremoto, es hora de “apretar cachete”.

10. Viste en grupo el festival de Viña del Mar.

Aunque para los chilenos sea un festival criticado por su pobre “parrilla” de artistas y por lo fácil que es llevarse una “gaviota”, recién al salir del país te das cuenta de lo famoso que es. Como olvidar las históricas rutinas de humor de Coco Legrand o Kramer, el agarrón de Mike Patton a Vodanovich o el “gaviotaso” de Enrique Iglesias. Porque nos hizo, reír, cantar, gritar y hasta putear, el festival es cultura popular chilena.

11. Visitaste alguna de las casas de Pablo Neruda.

Ya sea por paseo de colegio, Universidad o con la familia, estuviste en “La Sebastiana”, “La Chascona” o la más conocida “Isla Negra”. Recorriste sus alucinantes y múltiples colecciones hasta llegar a entender más su obra y entrar en su poesía. Si no lo hiciste, deberías: es uno de nuestros pocos embajadores culturales a nivel mundial.

12. Fuiste a una fonda.

¡Y qué chileno no! Ese local -que se construye exclusivamente para celebrar durante el “18”- es además el escenario perfecto para que cualquier extranjero entienda la identidad del chileno. No importa si uno se queda en la ciudad, o se va al campo o a la playa, donde sea va haber una fonda, y en ella anticuchos, empanadas de pino, chicha y cueca, entre otros.

13. La moneda no solo tiene valor monetario.

Así como en Estados Unidos tienen la “casa blanca”, los chilenos tenemos “La Moneda”: icónica, restaurada y hasta bombardeada, es nuestra casa de gobierno.

14. Te bombardearon con drama, superaciones y entretenimiento durante las “27 horas de amor”.

La teletón es un evento televisivo que se realiza con el fin de reunir fondos para niños discapacitados. Aunque hoy día está fuertemente cuestionado, es una de las “nobles causas” que Chile ha exportado al mundo y ha sido replicado en varios países de Latinoamérica. Es inevitable no ponerse nervioso en esos últimos momentos en que parece que no se llegará a la meta, para finalmente sí lograrlo, llenándote de un profundo orgulloso por ser chileno.

15. Te encanta la chilena.

Claro que nos gustan nuestras mujeres, pero no solo ellas, también nuestra querida “ensalada a la chilena” de tomate, cebolla, cilantro y ají verde picados con jugo de limón, la mejor compañera para un pescado frito. Además, es la jugada más linda y espectacular en el más hermoso de los deportes: el fútbol. Tan especial es que ha sido venerada hasta el cansancio en el famoso animé “Super Campeones” (¿recuerdan a Oliver haciendo su primera chilena?). Si es chilena, es buena.


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