1
Comerte una paella auténtica cocinada a leña te hará odiar las paellas congeladas del supermercado, y ya lo dice el dicho: más vale malo conocido…
Foto: FeistyTortilla
2
Si visitas el futurista parque oceanográfico, con sus tiburones, sus ballenas y el espectáculo de delfines más grande de Europa, tu pecera te parecerá sosa y vulgar, y eso es intolerable.
Foto: Traveltipy
3
Podrían acabar gustándote las fallas, lo que hará que te tengas que hacer unos peinados complicadísimos mientras te pasas el día bailando y paseando por la calle ¡menudo dolor de pies y de cabeza!
Foto: Víctor Gutiérrez Navarro
Intermedio
4
¿Un zumo fresco de naranjas recién recogidas de los mejores naranjos del planeta? No, gracias. Mejor un zumo embotellado, por favor, no vaya a ser que se te acostumbre el paladar.
Foto: Andrew Fecheyr
5
Vivir una batalla de flores en medio de la ciudad puede suponer desarrollar algún tipo de alergia repentina. Mejor evitar el peligro.
6
Eso de meterte en el centro de una plaza junto con medio millón de personas a escuchar un espectáculo pirotécnico único no es recomendable. Mejor olvidar la mascletà y evitar quedarte sordo por unos minutos.
Foto: keith ellwood
7
Ver una puesta de sol en un lago a apenas 10 minutos de la ciudad está sobrevalorado, si te caes no habrá nada de romántico en observar a los patos y a los flamencos volar mientras el sol se pone sobre el agua.
Foto: Antonio Tajuelo
Intermedio
8
¿Para qué correr por el antiguo cauce del río Turia ahora convertido en parque? Podrías cruzarte con tu jefe corriendo en zapatillas y es importante evitar la posibilidad de esa visión apocalíptica. ¡Mejor la cinta!
Foto: Oswaldo Rubio
9
Si los niños descubren un parque gratuito de toboganes gigantes con forma de Gulliver luego no querrán deslizarse por los anodinos toboganes de toda la vida.
Foto: Kent Wang
10
¿Un mercado medieval de la seda Patrimonio de la Humanidad? Mejor pasear por los supermercados tradicionales, que al menos disimulan las columnas con espejos.
Foto: Turol Jones
11
Eso de bañarse en preciosas playas semidesiertas a escasos 10 kilómetros de la ciudad no tiene nada de especial. Donde esté el ruido del tráfico, los bares llenos de guiris y los apartamentos turísticos, ¡que se quite la tranquilidad de la soledad frente al mar!
Foto: Jorge Franganillo
Intermedio
12
Existe la remota posibilidad de que si ves en persona el Santo Grial (o Santo Cáliz) te pase como a los secuaces de Indiana Jones y te conviertas en polvo, así que mejor no arriesgarse y no acudir a la Catedral de Valencia a verlo.
Foto: cdschock
13
No te atrevas a descubrir la capital española del graffiti que igual luego te convencen de que ensuciar las paredes es arte urbano. Y tú tienes claro que es mucho mejor que las paredes se queden blancas.
Foto: Julie Gibbons
14
Es posible que si vas a comprar al Mercado de productos frescos más grande de Europa, te abrume tener tantas posibilidades y te vuelvas loco comprando. Mejor ve a lo seguro no vaya a ser que poder elegir te acabe enganchado.
Foto: 16:9 clue
15
Eso de pasear entre edificios futuristas que sirven de platós de películas y anuncios no es recomendable, porque luego el resto de edificios te parecerán insultos y aburridos.
Foto: Antonio Tajuelo
16
Visitar el Museo más grande del mundo de soldados de plomo puede devolverte por unas horas a tu infancia, con el peligro de no querer volver a la madurez que eso conlleva.
Foto: Juan Carlos Rojo