1. La playa de La Malagueta
Da igual al lugar al que nos mudemos, incluso aunque tenga playas de aguas cristalinas como las de Ibiza. Porque donde esté esa Malagueta, con esa tierra en vez de arena, ese polvillo que se levanta con la brisa o ese jaleo existente a todas horas durante el verano… ¡que se quite cualquier playa tranquila!
2. Cruzarte con Chiquito de la Calzada
Es un momento inesperado. Una sorpresa increíble. Y sucede de repente: giras la esquina y de repente Chiquito de la Calzada pasa a tu lado. Todo se ilumina, se queda una sonrisa permanente en tu cara y la jornada se llena de felicidad. Por supuesto, pasarás el día diciendo fistro, pecador, quietor, te da cuen y norrrrr!!