18 palabras y expresiones que los valencianos descubrimos al salir de la Terreta que nadie más dice
1. Ahora luego
Las cosas no las hacemos ahora mismo, después, en un rato, o luego, las hacemos ahora luego. Lo cual puede parecer una contradicción, pero es nuestra manera de posponer una acción… o de dar largas.
2. Tengo una rampa
No se trata del acceso a un garaje, ni de una pendiente, se trata de un calambre. Porque nuestros músculos no se acalambran, a ellos les entran rampas.
3. Me ha entrado agonía
Es fácil que la gente se escandalice cuando decimos algo así, pero tranquilos. Para nosotros tener agonía es tener ganas de vomitar, nada que ver con estar agonizante.
4. Estás potroso
Mientras que tener potra según la RAE significa ‘tener suerte’, para nosotros tener potra o estar potroso significa estar insoportable. Dicho generalmente de los niños inquietos y nerviosos, te aseguro que si te toca un niño potroso, no has tenido ninguna suerte.
5. Ponme una barra de cuarto
Una flauta, un colín, una viena o, como decimos los valencianos, una barra de cuarto. Porque eso pesa la barra de pan estándar, un cuarto de kilo, y porque nosotros contamos en cuartos. Así que es fácil que nos escuches pedir en la verdulería o el supermercado “un cuarto y mitad de bajoqueta”.
6. Arremángate el camal
Difícilmente un valenciano se referirá a la pernera de otro modo que no sea camal. Una palabra que ha sustituido a la pernera y al dobladillo de manera definitiva.
7. El patio de la finca
El patio de la finca se traduce como el portal del edificio. Porque para nosotros el patio, además de donde juegan los niños o la terraza interior, también es el portal. Y la finca, lejos de ser una gran extensión de terreno, aquí se convierte en un edificio. Así que no tenemos por qué tener gallinas y naranjos en la finca, ni tampoco en el patio.
8. Mudarse
Mientras que otros se visten de domingo o se ponen sus mejores galas, los valencianos nos mudamos. Como las serpientes cambiamos nuestra piel exterior y nos ponemos una muda especial para las ocasiones que lo requieren.
9. Me he comprado una bata para la fiesta
Para muchas una bata es sólo una prenda holgada para vestir por casa, pero las valencianas se compran “batetes” para ir “mudadas”. Obviamente se refieren a vestidos de una pieza, pero la bata la hemos convertido aquí en una prenda digna de cualquier celebración.
10. Estoy socarrado
Cuando hace mucho calor, tiramos mano de nuestra paella y se convierte en el símil del calor máximo. El socarrat, nuestro caviar, no deja de ser un arroz un poquito requemado, así que en los días veraniegos en los que sopla el poniente, es fácil que nos socarremos.
11. Me esmusa
Con solo escuchar esta onomatopéyica palabra me entran escalofríos. Decimos que algo nos esmusa cuando nos da grima y nos provoca un erizamiento generalizado del vello corporal. Como pasaba con las tizas sobre las pizarras en el colegio.
12. Hemos encalado la pelota
Mientras que en otras partes dirán que la pelota se embarca, se bota, se encaja, se encana, se cuela o se empeña, nosotros siempre diremos que la pelota se ha encalado. Ya sea en una casa con las paredes llenas de cal o en un árbol, usamos este geosinónimo para referirnos a un objeto atascado a una altura a la que no alcanzamos.
13. Almuerzo cada día a las 10
Almorzar para nosotros no es sinónimo de la comida central del día, el almuerzo se toma a media mañana, antes de la comida, y lo hemos convertido en un arte. Mientras otros toman un café con leche y algo de bollería a esas horas, nosotros hemos creado toda una cultura de bocadillos acompañados con encurtidos y “cacaus i tramussos”, que nada tiene que ver con la comida central del día, nuestro almuerzo se toma antes.
14. Mone / Nemon
Es muy probable que escuches de algún valenciano un apremiante mone cuando quiere abandonar un lugar. Tanto mone como nemon son maneras propias y concisas de decir “vámonos”. Que siempre se pueden rematar con un “au”, como saludo final.
15. Espolsa el mantel
Otro verbo valenciano que se ha colado en nuestra manera de hablar castellano. Espolsar el mantel en el terrao es nuestra manera de decir que lo sacudimos en la azotea.
16. Baja abajo
Esta reiteración que les suena tan mal al resto de los humanos, a los valencianos nos parece de lo más normal. Bajar abajo (o subir arriba) es nuestra manera de dejar claro el destino, aunque sea redundante.
17. Quita eso de ahí que da pena
Cuando algo nos molesta, nos da pena. Da igual que sea un libro de chistes o juguete divertido, que nos dé pena no tiene nada que ver con la tristeza, es simplemente que nos molesta su ubicación.
18. Merendaremos unas rosquilletas
Los valencianos pensamos que todo el mundo consume rosquilletas y no, aunque se están poniendo de moda, fuera de la Comunitat Valenciana les llaman grisines, pan de pipas, palitos de pan, o alguna barbaridad similar. Las rosquilletas son fabulosas para matar el hambre y, aunque sean saladas, es muy probable encontrar a valencianos que las mojan en horchata. Larga vida a nuestras rosquilletas.
* Podéis encontrar más curiosidades sobre estas y de otras palabras como coent, desfici, empastre, poalà, bombón del tiempo, carlota, paraeta, y deslunado en los libros De Categoria y De Molta Categoria de Vicent Marco.