1. Es muy probable que llegues a estar a punto de ser atropellado más de una vez.
Especialmente si estuviste en Europa, en donde te acostumbraste a que, con solo colocar un pie en la calle, los autos paran.
2. La comida será aun más gloriosa de lo que recordabas.
Puede que hayas olvidado el verdadero sabor de la carne, las pastas rellenas de La Juvenil, los helados de Daniel, los alfajores Havanna, los panqueques con dulce de leche, la chocotorta, las empanadas, los ñoquis… pero apenas vuelvas a probar todas estas cosas, para que vuelvas a irte posiblemente tendrán que arrastrarte hasta el aeropuerto mientras dejás marcas de uñas en el piso.