1.
Las canas ya no son algo exclusivo de los padres.
2.
Te han llamado señor o señora en el supermercado.
3.
Ciertas comidas que antes devorabas sin miramiento ahora te producen acidez.
4.
Te dura mucho más la resaca que la borrachera.
5.
Te resulta imposible encontrar amigos para quedar a tomar algo entre semana.
6.
Se acabó eso de tener tiempo para “pasar el rato”.
7.
Palabras como ciática, contractura, tendinitis o colon irritable aparecen de la nada para inmiscuirse en tus conversaciones con colegas.
8.
Has pasado de salir todos los sábados, a reservarte para ocasiones especiales.
9.
De repente quedarte en casa viendo una peli ya no te parece un plan tan carroza.