1. La luz
No eres consciente de que la luz de Valencia es especial hasta que creces. Cuando eres joven te parece algo normal que el cielo esté claro, intenso y limpio la mayoría de los días del año, pero tras viajar te das cuenta de que es algo excepcional. Días de diciembre o de enero en los que la luz lo llena todo de color y buscas una terraza donde aprovechar esos rayos tan fascinantes que añoran sin remedio quienes emigran de aquí. Lógico que haya un filtro de Instagram que se llame Valencia, porque nuestra luz es casi mágica.