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7 experiencias que vivirás como estudiante de inglés en Irlanda

Ireland
by Marco Delgado 14 Aug 2014

1. SERÁS BIENVENIDO.

Aterrizarás en Dublín, preparado para empezar tu curso de inglés. Verás que el aeropuerto es un lugar limpio y seguro, y te parecerá lo suficientemente confortable como para quedarte un rato comiendo patatas fritas saladasO’Donnells sabor vinagre y bebiendo una Coca-Cola. Cuando te canses, cogerás un bus amarillo de la compañía Citilink para ir hacia Galway, y durante todo el camino te irás riendo con las bromas que cuenta el conductor espigado y pelirrojo llamado Bill. Después de tres horas de mirar por la ventana y contemplar las verdes tierras abarrotadas de ovejas y vacas, llegarás finalmente a la ciudad donde vas a vivir durante unos meses. Estarás un poco nervioso, pero el viento refrescante te dará la bienvenida con los brazos abiertos.

En el taxi, compartirás algunas típicas palabras en tu inglés todavía primitivo. Pero sobre todo mirarás por la ventanilla, asombrándote del ambiente nocturno en las calles. Docenas de chicas con llamativas minifaldas ajustadas y jóvenes de brazos musculados y rostros pálidos estarán merodeando por allí, buscando el pub perfecto para pasar la noche. Finalmente llegarás a tu nuevo hogar y conocerás a la host family que te recibirá con sincero entusiasmo: “Welcome to Ireland.”

2. HARÁS AMIGOS DE TODO EL MUNDO.

La escuela de inglés donde irás a clases cinco días a la semana será como un mundo propio y único. Conocerás gente y harás amigos de casi todos los rincones del mundo: Arabia Saudí, Corea del Sur, Suiza, Alemania, Bélgica, Francia, España, Argentina, México, Brasil, Venezuela y más. Pronto dejarás de lado tu idioma nativo y practicarás inglés a cada momento, porque nadie en la escuela te mirará raro si cometes errores de pronunciación o gramática.

Fuera de la escuela, será otro cantar. Tendrás que afinar tus oídos porque la gente en la calle —irlandeses sobre todo, pero también norteamericanos, canadienses, e indios— te hablarán a una velocidad endiablada, todo lo contrario que tus profesores de la primera semana llamados Colin y Aisling.

3. TE COSTARÁ PILLAR EL ACENTO IRLANDÉS.

Una vez que le pilles el truco al inglés de Irlanda, ya no tendrás que preocuparte por los restantes acentos. En la escuela, practicarás con muchos tipos de acentos para estar listo para el listening exam, pero ninguno será comparable en dificultad al inglés que escucharás en las calles de Irlanda. Será difícil de entender los primeros días porque los locales hablan muy rápido y además, cargan sus palabras con humor e ironía.

Decidirás pasar un día haciendo un paseo turístico organizado, y te darás cuenta de que no estás solo, de que a todo el mundo le cuesta entender el inglés irlandés. A la mitad de una explicación histórica en algún monumento memorable, le preguntarás a Molly, la chica australiana que está al lado tuyo, “sorry, but do you understand everything he says?”. Ella te mirará con cara de enfado debido a tu estúpida pregunta, y te dirá, “Geez, I’m trying to.”

4. MEJORARÁS MUCHO TU INGLÉS EN BARES Y MERCADOS.

Te darás cuenta de que los mejores lugares para estudiar inglés son los pubs típicos irlandeses, donde durante los días lluviosos la música y la cerveza nunca cesan, y también los coloridos mercados callejeros y las plazas céntricas ajardinadas donde la gente se relaja durante horas en días de temperaturas benignas.

Encontrarás que la gente irlandesa adora hablar y reír. Ellos estarán encantados de contarte sus historias, y mostrarán interés también en oír las tuyas. En cualquier pub, estarás rodeado de buenos bebedores y de buena compañía. Decidirás tomarte la vida con calma y ser un poco más auténtico, porque como dicen los irlandeses, “Dios creo el tiempo. Y luego dio a los irlandeses un poco más.”

5. LOS PAISAJES Y LA NATURALEZA IRLANDESA TE CONMOVERÁN.

Planearás tus fines de semana sabiamente y viajarás por todo el país. Irás al norte y visitarás Ballycastle en County Antrim, donde encontrarás increíbles paisajes y además, caminarás por un puente colgante de 25 metros de altura que une dos pequeños islotes montañosos.

Visitarás Giant’s Causeway (La Calzada del gigante) y caminarás sobre algunas de las más de 40,000 columnas geométricas de basalto. Te sumergirás de lleno en la leyenda; imaginarás que eres el legendario Finn McCool, el gigante que construyó la carretera para ser capaz de cruzar el mar y compartir algo de tiempo con su amada señorita gigante.

Irás al oeste. Tomarás un ferry cerca de Galway City, y una vez llegues a las Aran Islands, te quedarás prendado de su paisaje tan característico. En el centro del pueblo, comprarás un suéter para abrigarte, e intentarás hablar con los locales para oír un poco del idioma Gaélico.

Visitarás los Cliffs of Moher y disfrutarás de las espléndidas vistas de las paredes rocosas de unos 200m, donde miles de puffins viven pacíficamente. Estarás extasiado por el paisaje y por la grandeza del Océano Atlántico que se pierde sin aparente esfuerzo en el horizonte.

Y finalmente, irás al este, donde los fantásticos bosques cerca de las montañas Wicklow cubren los valles.

6. SERÁS UN MAESTRO EN CERVEZAS Y WHISKEYS.

Una fantástica cosa acerca de Irlanda es que nadie pensará que estás loco cuando bebas a las 11 de la mañana una Guinness en vez de un cappuccino. Las cervezas son toda una institución. Rubias, pelirrojas o morenas. Da igual qué tipo de cerveza prefieras, porque entre Guinness, Beamish, Murphy’s, Kilkenny y Smithwick’s, todo el posible espectro cervecero queda más que cubierto.

Recordarás los viejos tiempos en los que veías a Jimmy McNulty en The Wire bebiendo Jameson whiskey y cantando canciones irlandesas. Caminarás por la famosa zona de Temple Bar y te enamorarás locamente del pais. Pedirás un shot de Jameson en la cantina más abarrotada que encuentres. Te parecerá tan delicioso que volverás a por otro el día del dichoso y fatídico speaking exam.

7. DESPUÉS DE IRLANDA, TU VIDA SERÁ MÁS SOLEADA.

El clima será horrible. Días oscuros y chaparrones sucederán a menudo. El viento será tan fuerte que no tendrá ningún sentido llevar paraguas. Pero también es cierto que, nunca serás tan feliz como ese día soleado que tarde o temprano, vivirás en Irlanda.