Photo: spatuletail/Shutterstock

7 hechos en la vida de Frida Kahlo que son fundamentales para entender su obra

by Alejandra Arteaga 16 Jul 2015

Su nacimiento (el 6 de julio de 1907)

Diego Rivera fue la persona que le sugirió a Frida que pintara cuadros relacionados con eventos importantes en su vida y fue ahí cuando ella pintó “Mi Nacimiento”. Como su nombre lo indica, este cuadro representa cómo ella pensaba que fue su nacimiento. La sábana sobre la cabeza de la figura de la madre está cubierta por una sábana, sin duda una referencia a otro hecho que marcó su vida: la muerte de su mamá, con quien había tenido una relación difícil. En la pared, la Virgen de los Lamentos es testigo silenciosa de la escena. Personalmente, no puedo dejar de relacionar esta imagen con los abortos espontáneos que sufrió Frida, dada la quietud del ser que está naciendo y la soledad y el silencio que imperan en toda la escena. Creo que la sábana en la cabeza de la madre representa la “muerte emocional” de la mujer cuando pierde a un hijo y, en el caso de Frida, la imposibilidad de ser madre. El cuadro es ahora parte de la colección de arte de la cantante Madonna.

Su accidente (el 17 de septiembre de 1925)

A los 17 años, Frida tuvo un accidente en un autobús en el que sufrió heridas gravísimas, especialmente en su columna. Sobrevivió, pero las secuelas le dejarían profundas huellas, tanto físicas -32 operaciones, incapacidad para tener hijos, uso de corsé y dolores crónicos-, como emocionales. “La columna rota” nos enfrenta al dolor desgarrador que atravesó Frida durante toda su vida. Su columna rota, su cuerpo fragmentado y lleno de clavos, sostenido por un corsé y, detrás, un paisaje árido y desolado. El clavo grande en su corazón nos muestra sus heridas emocionales. Frida es toda dolor en este autorretrato y lo que más conmueve es su expresión, que es de una profunda tristeza, pero también de una devastadora resignación.

La imposibilidad de engendrar hijos (el 4 de julio de 1932)

Sin duda, ésta fue la gran tragedia de la vida de Frida. En “La cama volando, Henry Ford Hospital”, Frida representó el aborto espontáneo que tuvo mientras vivían con Diego en Detroit, Estados Unidos. La vemos a ella acostada en una cama de hospital, bañada en sangre. De su estómago todavía hinchado se desprenden seis filamentos rojos y delgados, como si fueran venas o cordones umbilicales, que conectan su cuerpo con algunas imágenes que ella relacionaba con el aborto. En el centro y de un tamaño desproporcionado, está el feto de un bebé varón. La orquídea violeta es un regalo que recibió de Diego. El caracol simboliza un aborto lento y el figurín del torso de una mujer, en el que se observan los órganos internos, muestra el interior de una mujer desde su perspectiva (casi como si su cuerpo, que no había podido llevar adelante el embarazo, se hubiese desprendido de ella). Pintó también una máquina de metal que ella diseñó para reflejar todos los fríos instrumentos utilizados para realizar un legrado uterino. Por último aparece su pelvis, separada de su cuerpo, una pelvis que no pudo albergar la vida que la habitaba.

Su divorcio (en 1940)

“Autorretrato con pelo corto” fue el primer cuadro que Frida pintó luego de su divorcio de Diego. La obra entera un aire muy fuerte de “escena del crimen”: Frida se retrató vestida con un traje de hombre que le queda muy grande (¿un traje de Diego?) y con el pelo recién cortado. Aún tiene las tijeras en la mano y los restos de su larga cabellera (su víctima) están por todas partes, casi como si fueran un personaje más dentro del cuadro. Y es que su cabello simboliza en esta obra no sólo su propia femenidad, sino también su relación con Diego, puesto que él adoraba su melena. La mirada desafiante de Frida en este autorretrato me dice que, más allá del desgarro producido por el divorcio, Frida tiene la clara intención de aniquilar una parte suya (la Frida que es con y de Diego) y de transformarse en una nueva mujer. La leyenda sobre el cuadro lo confirma: «Mira que si te quise, fue por el pelo, Ahora que estás pelona, ya no te quiero».

Su amor por Diego (se conocieron en 1928)

Frida empezó a trabajar en “Diego en mi pensamiento” en 1940, luego de su divorcio, pero no lo terminó sino hasta 1943. Este cuadro surge de la convicción de Frida de que, a pesar del divorcio, su amor por Diego no se iba a apagar jamás. Diego está en el medio de su frente, en el lugar del tercer ojo, de la intuición y de la sabiduría. Diego vive dentro de una Frida espléndida, vestida con sus mejores ropas y adornada con flores. Las raíces que rodean a Frida bien pueden interpretarse como una declaración de amor a su tierra y a sus raíces: México, la tierra que los vio nacer y que fue casi un integrante más de esta gran historia de amor.

Su inclinación política por el comunismo

En “El marxismo le dará salud a los enfermos” Frida se retrató soltando sus muletas y envuelta por las manos sanadoras del marxismo. El mismísimo Marx está ahogando al águila imperial y hay otra ave, una paloma de la paz, que vuela libre sobre un globo terráqueo y que representa la firme creencia de Frida de que el marxismo salvaría el mundo y que, incluso, la salvaría de sí misma y de sus sufrimientos.

La cercanía de su muerte (Frida murió el 13 de julio de 1954)

Dada su mala salud constante, podemos decir que Frida convivió con la idea de su propia muerte desde una edad en la que la mayoría de los seres humanos se creen inmortales. Además, la Muerte, así con mayúsculas, es un personaje muy celebrado y honrado en la cultura mexicana. En “Pensando en la muerte”, Frida retrata a La Muerte como un ser omnipresente que es parte de la Vida. Las ramas de espino representan la creencia en el renacimiento después de la muerte física. Y así fue con nuestra querida Frida, que quién sabe por dónde andará ahorita haciendo de las suyas. En este mundo, ella vive para siempre en nuestros corazones. ¡Viva Frida!

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