1. Puede que nosotros no, pero nuestras familias seguro son mochas
Siempre se ha sabido que la gente de Guadalajara es muy religiosa (para ejemplo, ahí tienen la marcha en contra de la escultura “Sincretismo”). Y, aunque es verdad que las nuevas generaciones nos hemos separado un poco del alcance de la iglesia, lo cierto es que nuestras familias aún nos arrastran a misa cada domingo por la tarde. Todos tenemos al menos alguna abuelita que vive pegada al rosario o una o dos tías copetonas que piden por nosotros en el novenario.