1. Sus curas pa’ la borrachera.
No me malentiendan, soy tan fan del puesto de tacos a las tres de la madrugada como cualquier otro, pero hay algo reconfortante en las papas a la francesa con mayonesa que los belgas consumen para drenar el alcohol de sus venas… ¿Quizás es toda la grasa trans que viaja directo al corazón?
2. El respeto a los ciclistas.
No hay calle en Bélgica que no cuente con una ciclovía. Tampoco hay ciclista que tema ser atropellado cada vez que sale a la calle. Eso sí, existen peatones que temen morir a manos de los ciclistas, pero vamos un paso a la vez. Con los niveles de polución y la cantidad de autos que hay en México, un poco de esta cultura ciclista no nos caería nada mal de este lado del charco.