Photo: Galicia Sustentable

8 lugares desaparecidos de la CDMX que todo chavorruco añora

Ciudad de México
by Kiev M. 4 Mar 2020

Qué lejanos se sienten esos días en los que no tenías que preocuparte por pagar la renta ni tenías que pedir prestado para completar la quincena. Esos tiempos en los que no sabías qué era la gastritis pueden haber quedado atrás, pero los recuerdos de todos esos lugares que marcaron tu infancia y adolescencia chilanga perduran a pesar del tiempo. Para reavivar la llama de la nostalgia y la añoranza, aquí te presentamos un breve recuento de todos esos lugares desaparecidos de la CDMX que hoy sólo viven en nuestra memoria. 

 

Videocentro

 

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A mediados de los ochenta las videocaseteras llegaron a nuestras vidas. En ese momento, tener una membresía de Videocentro era casi imperativo si querías ver en calidad decente los éxitos del momento como Volver al Futuro, Los Cazafantasmas, Karate Kid y Las Tortugas Ninja. Tener acceso al catálogo del Videocentro era sinónimo de poder de convocatoria en la cuadra. ¿O tú te podías negar a una invitación para ver películas en casa de tus cuates? 

 

Danesa 33

¿A poco no te daban ganas de comerte un helado con solo ver la esfera azul y el número 33 que marcaba la ubicación de estas heladerías? Danesa 33 nació en Lagos de Moreno, Jalisco, como un pequeño negocio emprendido por el señor Francisco Vega Padilla. El éxito logró que se expandiera a través de franquicias en todo el país y pronto fue el referente de helados en buena parte de México. ¡Cómo olvidar esos mini cascos de futbol americano coleccionables en los que servían el helado! La historia de esta empresa mexicana llegó a su fin cuando Nestlé la adquirió en 1988. Aunque la multinacional ha querido retomar la línea de Danesa 33, nada más no ha pegado. 

 

Burger Boy

Burger Boy fue la primer cadena de hamburguesas en México. Era un lugar famoso por sus hamburguesas con nombres de dinosaurios aunque muchos lo recuerdan por sus famosos locopopotes o popotes en espiral coleccionables. Ir a Burger Boy era una recompensa y el anhelo de miles y miles de niños en México. 

En sus buenos tiempos, Burger Boy era anunciado en los programas dominicales del inmortal Chabelo y hasta Salma Hayek hizo sus pininos en los comerciales de esta cadena de hamburguesas. ¡Quién la viera! 

 

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Cuando mejor le iba a Burger Boy, la cadena fue comprada por Maseca. Sin embargo, el verdadero debacle aconteció cuando McDonald’s llegó a México y pasó como aplanadora sobre toda la competencia. 

 

Zapaterías Canadá

 

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¿Te acuerdas de lo común que era ver los enormes letreros luminosos de estas zapaterías en la ciudad? Canadá es el lugar en el que muchos de nuestros papás nos compraban zapatos antes de iniciar un nuevo ciclo escolar. Es más, durante su época dorada, llegó a ser la empresa de calzado más importante de toda Latinoamérica. Lo malo fue que no soportó el embate de las multinacionales después de que se firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Así fue como desapareció esta empresa mexicana, encargada de calzar a varias generaciones.

 

Helen’s 

El cumpleaños soñado de cualquier niño era tener una fiesta en uno de los restaurantes de la cadena Helen’s. Aquí los meseros se encargaban de tratarte como rey, llenándote con malteadas, hamburguesas, banderillas, helados y todo lo que un niño espera de un menú cumpleañero. Este fue de los primeros restaurantes en México en donde todo el personal se reunía para hacerle un show al festejado con todo y Las mañanitas, luces de bengala, tambores y hasta una botarga de ratón.  

 

Reino Aventura 

Reino Aventura fue el parque de diversiones por excelencia de los ochenta en la Ciudad de México. Era tan icónico que seguro tuviste uno o más paseos escolares que tuvieron como destino este lugar. Todo el parque estaba dividido en áreas temáticas o pueblos, cada uno con atracciones clásicas como la enigmática Cabaña del Tío Chueco o la escalofriante Mansión de la Llorona. Pero sin duda, uno de los imanes del parque era Keiko, una orca que dió espectáculos en el acuario hasta que fue liberada en 1996.

 

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Después de un intento fallido por revitalizar Reino Aventura, el parque de diversiones tuvo que ser vendido a Premier Parks, que sigue operando el lugar hasta el día de hoy bajo el nombre de Six Flags México. 

 

Multicinemas y otros cines extintos

Antes de que surgieran las grandes cadenas, cada sala de cine en la ciudad tenía su propia personalidad. Varias de estas salas se encontraban alojadas en bellos edificios históricos y uno elegía la opción que más le gustara o que le resultara más cómoda. Hablamos de opciones como el Cine Metropolitan, el Palacio Chino o el Cine Continental, que más tarde volvió a inaugurarse como la Casa de Disney, con todo y una fachada simulando el famoso castillo de Disneyland en Anaheim. 

 

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En aquellos tiempos las películas aún tenían contemplado un intermedio y no eran raros los cines que ofrecían permanencia voluntaria. Durante esos años comenzaron a hacer su aparición los Multicinemas y con ellos el concepto multiplex con el que se rediseñaron los espacios para ofrecer más salas y mejor tecnología. Es precisamente en los Multicinemas, en donde muchos disfrutamos de esas películas que marcaron nuestros años de infancia o adolescencia. ¡No me digas que no recuerdas a qué cine fuiste a ver Batman! 

Es verdad que las salas de cine actuales son más cómodas, pero aún se extrañan aquellos cines sencillos en donde incluso había puestos ambulantes de juguetes y posters alusivos a las películas esperándote a la salida.

 

Los Comerciales

Los que viven o vivieron por los rumbos de Satélite seguramente recordarán este peculiar restaurante en donde los meseros andaban en patines y se disfrazaban de superhéroes o personajes de películas. Además de que la comida era bastante buena, era divertido para niños y adultos por las bromas y los juegos que fomentaban los meseros. Incluso había mesas en donde los comensales comían —literalmente— encarcelados, pues algunos taburetes estaban tras las rejas de una prisión ficticia.

Los Comerciales llegaron a tener una sucursal en Insurgentes Sur, igual de extravagante y peculiar que su equivalente del norte de la ciudad. Bastaba entrar a uno de estos restaurantes para saber el tipo de experiencia que se avecinaba. 

 

¿Qué otros lugares recuerdas? ¡Compártenos tus memorias ochenteras!