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9 cosas que debes saber para entender el humor mexicano

México
by Rulo Luna Ramos 19 Dec 2014
Nos reímos de todo… incluso de nuestra propia muerte.

O de la desgracia del de junto, para ser más específicos. ¿Se han puesto a pensar en lo que es realmente una calavera literaria? Una pequeña composición en verso en la que nos reímos de la muerte de algún conocido (que no necesariamente está muerto), describiendo las circunstancias que lo llevaron a la confrontación final con la huesuda. ¡Es súper tétrico!… para todos menos para los mexicanos, que lo encontramos por demás gracioso.

Y para muestra…

¿Qué mejor forma de presumir el humor mexicano que con unas buenas rolas de Chava Flores? Chava es famoso por encontrarle la gracia a las situaciones más inverosímiles, desde el funeral de Cleto en Cerro sus ojitos Cleto, hasta las primeras impresiones de un usuario del Sistema de Transporte Colectivo en Voy en el Metro.

Nuestra primera aproximación a los temas del mundo adulto ha sido de la mano de Polo Polo y de los chistes de Pepito.

Los bromas se empiezan a poner picantes y sarcásticas, aún antes de que tengamos la edad suficiente para comprenderlas. Seguro tuviste algún compañerito en la primaria que encontró los cassettes (si, los cassettes) de Polo Polo en el cuarto de su hermano mayor y llegó a la escuela con un repertorio de chistes envidiable, que nadie entendía, pero que nadie aceptaba no entender.

No es que seamos groseros, es que…

¡Nos encanta estar chingando al de junto! Y aunque tenga toda la pinta, esta actitud no deberá ser tomada como una agresión, es simplemente nuestra forma de convivencia. Somos burlones y mientras más carnales seamos, más carrilla nos vamos a tirar… y mejor registro mantendremos de nuestros peores ridículos. Todos tus posgrados, menciones honoríficas y puestos gerenciales no harán nada para evitar que tus amigos te sigan presentando como “El Guácaras”.

Y si tienen cola que les pisen, se las vamos a pisar.

México es un país sumamente diverso y tanta diversidad se ve reflejada en apodos que provocarían horror en muchos otros lugares del mundo. En todos los grupos de amigos hay un Gordo, una Chaparra, un Negro, una Fresa o un Gringo y nadie se ofende. Es una primera aproximación hacia apodos más específicos y probablemente mucho más ofensivos…

¡Es que somos tan políticamente incorrectos con esto del humor!

Siempre estamos metiendo la pata con chistes o comentarios ofensivos. ¡Siempre! Es por eso que la gente precavida, al encontrarse en un grupo que no es de su entera confianza siempre pregunta –¿Aquí no hay ningún [inserte aquí nacionalidad, profesión, o preferencia de cualquier tipo]?– antes de abrir la boca libremente. Pero por lo general nos sale fluido y naturalito. El uso de estereotipos es parte de nuestro hablar cotidiano y aunque sabemos cuando y donde evitarlo, a veces se nos barre. Qué tal nuestro ex presidente Chente Fox cuando afirmó que -el 75 por ciento de los hogares mexicanos cuentan con lavadora ¡y no de dos patas!-. No nos hagamos, todos la hemos regado así alguna vez… claro que yo por eso no ocupo cargos públicos.

Le encontramos el chiste a todo.

Nada se escapa al humor sarcástico del mexicano. Ni el evento más triste, traumático o penoso se escapa de, por lo menos, un inocente chistecito, que todos condenaremos aunque también nos haya dado risa en su momento. Eso sí, nunca se metan con nuestros símbolos patrios, con la virgencita, ni con nuestras mamás… ¡Tenemos nuestros límites!

Para nosotros el lenguaje lo es todo.

El español es un idioma complicado y parece estar diseñado para generar confusión y esconder dobles significados. Como bien dijo Cantinflas en alguna ocasión… ¿Que por qué razones es tan complicado? Ustedes me dirán y yo les contestaré: por razones fundamentales que todo conglomerado debería entender y son tres: la primera, la segunda y la tercera. ¿Qué cosas verdad? ¡Pues así es!

Eso sí, el que se lleva se aguanta…

Por algo es que a todos nos repitieron esta frase hasta el cansancio cuando éramos niños… Todo es risa y diversión hasta que algún extranjero nos quiere pagar con la misma moneda. Entonces nos ponemos extra sensibles, exigimos disculpas públicas y culpamos al mundo por las injusticias de las que históricamente hemos sido víctimas. Hablemos del caso del Mundial de Brasil 2014. México se volvió internacionalmente famoso por dos cosas: los desplantes del Piojo Herrera y por andar gritando “¡puto!” a cuanto portero se cruzaba por el camino de la selección. Casi nos sanciona la FIFA, pero no nos importó y defendimos el “puto” como si se tratara de la soberanía nacional. Holanda nos eliminó y KLM nos hizo esta pequeña bromita. ¿El resultado? Indignación total… y Gael García mandando a la aerolínea a chingar a su madre y big time.

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