1. Siempre habrá una ligera barrera de lenguaje.
No importa si los dos hablan español. El slang y las expresiones coloquiales harán de las suyas de vez en cuando. Y será aún más notorio si ambos hablan idiomas diferentes. La primera vez que salí con mi novio, se ofreció a llevarme de vuelta a casa después de nuestra cita; sin embargo, cuando le di las gracias por el “ride”, estalló en carcajadas sin que yo entendiera por qué. Resultó ser que en este rincón de Irlanda, el “ride” no se refiere particularmente al aventón tradicional sino a… darle alegría al cuerpo… ¡de manera horizontal! No fue la mejor primera impresión, pero la broma sigue vigente incluso ahora, seis meses después del incidente.