Hace poco leí “Los cinco lenguajes del amor”, el best seller escrito por el experto en relaciones de pareja Gary Chapman. Me pareció muy interesante, aunque tal vez un poco simplista (pero eso ya lo juzgarán ustedes cuando lean el libro). El autor sostiene que cada uno de nosotros, y de acuerdo a la manera en que hemos sido amados por nuestros padres durante la infancia, tiene una forma particular de dar y recibir amor.
Ese es nuestro lenguaje del amor y, si bien con el tiempo podemos aprender a comunicarnos de otra manera, este es nuestro lenguaje primario y, cuando nuestra pareja no lo comparte (porque cada uno tiene su manera de comunicarse), no nos sentimos amados. Imagínate tratar de hablar en castellano con un egipcio… Es aquí cuando comienzan los problemas en las relaciones (de pareja, en particular, pero esto aplica a todas ellas). Es el momento de empezar a chambear para descubrir qué maneras de comunicar el amor nos hacen sentir amados y, también, cómo expresamos nosotros el amor. Tal vez, quién te dice, hasta te conviertas en un políglota del amor.
Los cinco lenguajes del amor son:
1. Palabras de afirmación
Las palabras son poderosas, se sabe, ya que con ellas no solo describimos nuestra realidad, sino que también la creamos (tema para otro artículo). Quienes hablan este lenguaje expresan su amor con palabras y se sienten amados también a través del verbo. Halagos, cartas, declaraciones de amor. Pero cuidado, no se trata de cualquier palabra, sino de palabras que afirmen el orgullo y la felicidad de tener a esa persona junto a ti y la valoración positiva que haces de ella.
2. Dar y recibir regalos
Este es uno de mis lenguajes del amor (tengo una mezcla de este y tiempo de calidad, ya más abajo les cuento), y siento que tengo que defenderlo. No, no se trata de ser una material girl (or boy), sino de recibir (¡y de dar!) objetos o experiencias concretas que hagan palpable el amor que se nuestra pareja dice profesarnos. El precio no tiene nada que ver (ya se sabe que el dinero no puede comprar amor… pero ay, ¡puede comprar tantas otras cosas!); puede tratarse de una flor, de un chocolate (o de muchos), de un objeto que nuestra pareja recuerda que nos gusta (ositos de peluche, una postal para nuestra colección), o de una experiencia (un picnic bajo las estrellas, una entrada a un concierto, un día de spa).
3. Actos de servicio
Se trata de hacer algo por y para el otro, de brindarle un favor que sabes que lo va a ayudar. Lavar los trastes, pasar la aspiradora, cualquier cosa que le saque el peso de hacer algo que el otro tenía que hacer.
4. Tiempo de calidad
Este es otro de mis lenguajes del amor y es el simple hecho de pasar tiempo a solas con el otro, sin que nada ni nadie los interrumpa, creando así, intencionalmente, el tiempo y el espacio para profundizar el vínculo. ¿Hay algo más lindo que pasar tiempo con el otro, sin presencia de terceros y con el teléfono solo disponible para sacarse una selfie para el Face? (que será publicada una vez que se termine el tiempo de calidad, claro está).
5. Contacto físico
Bueno, aquí no hay que explicar mucho. No se trata solo de la intimidad sexual (aunque es una parte muy importante), sino del apapacho, del masaje dado sin que se haya pedido, del beso al despedirse y antes de irse a dormir, de caminar por la calle tomándose de la mano.
Ahora que ya conoces cuáles son los cinco lenguajes del amor, aquí tienes un test para averiguar cuál es el tuyo (está en inglés, lo siento, no encontré su versión en español). El resultado te dará un escalafón de cuáles lenguajes hablas más, de mayor a menor, y será tu trabajo el interpretar estos resultados. Después de todo, nadie te conoce tan bien como tú mismo.
Como seguramente ya habrás estado pensando, todos los lenguajes se tocan en algún punto. No es que es uno u otro, sino que las fronteras son permeables. Por eso tu interpretación es importante. En mi caso, por ejemplo y como ya les conté, “dar y recibir regalos” y “tiempo de calidad” tuvieron la misma cantidad de puntos. Entonces vi claramente que mi lenguaje del amor predominante es una nueva categoría, hecha de estos dos: “no hay nada mejor que puedas regalarme que una experiencia de calidad contigo”.
Leer y debatir sobre “Los cinco lenguajes del amor” junto a la pareja que tenía en ese momento fue, por ejemplo, una clara expresión de mi lenguaje personal del amor. Fue un acto que me hizo muy bien y que nos hizo bien como pareja. Si bien su lenguaje primario era otro, él estuvo dispuesto a comunicarse usando mi lenguaje del amor.
Me gustó conocerme más a través de la efectiva categorización de Chapman, pero creo que mi meta mayor es trascender estos lenguajes y poder recibir el amor que se me ofrece, de la forma que sea. Cada uno hace lo que puede, de acuerdo a lo que aprendió. Y si no hace otra cosa o no lo hace mejor, seguramente es por ignorancia y no por mala intención. Después de todo, y como dice El Principito, lo esencial es invisible a los ojos y -agrego yo- también traspasa el lenguaje.