Photo: Jose Escudero/Shutterstock

Cómo cabrear a un valenciano

by Vicent Marco 7 Sep 2015

Cocina una paella con chorizo.

¿Qué? ¿Cómo? La paella valenciana tiene una receta básica que consiste en arroz, carne (pollo, conejo y puede que pato) tomate y verduras (garrofó y judías verdes) con algunas pequeñas variaciones. A partir de ahí añadirle cualquier tropelía como chorizo, guisantes, patata o incluso garbanzos saca lo peor de nosotros. La paella es el tema prohibido por antonomasia, así que si no quieres discutir con un valenciano evita llevarle la contraria cuando se habla de paellas o acabarás “socarrat”.

Llama a la paella “paellera”.

Llamar paellera al recipiente también nos enfada bastante. La paella es tanto el plato como el recipiente. Paellera es la señora que hace paellas, y jamás añadiría cebolla a una paella.

Pregúntanos si nosotros también nos ciclamos.

¡Oye, que no todos somos como Rafa Mora! Aquí la gente hace deporte como en cualquier otra parte. Que algunos se cuidan más que otros, pues es posible, pero de ahí a que vayamos todos “ciclados” va un mundo.

Critica nuestras playas.

No se te ocurra decir que las playas de Valencia son feas, malas o no tienen encanto. Porque no es cierto. Si vas a la playa de la Malvarrosa te encontrarás una enorme playa urbana llena de actividades, pero si te gustan playas más especiales, por toda la región hay calas afrodisíacas de arena maravillosa.

Da por hecho que sólo comemos arroz.

No sólo la paella es tema tabú, que cuestionen la variedad de nuestra gastronomía también nos enerva. Que comemos mucho arroz es cierto, pero que se diga que es lo único de lo que nos alimentamos nos pone muy tensos. Tenemos muchos platos típicos como la fideuà, el all i pebre, el esgarraet, les olletes, les coques de dacsa, y un montón de productos únicos como los turrones, la horchata, los helados, la mistela o el alioli, que no tienen nada que ver con el arroz.

Habla de nuestra lengua como si fuera un dialecto.

¡Perdona! Que ni siquiera nosotros mismos nos pongamos de acuerdo sobre si el valenciano y el catalán son la misma lengua o no, no significa que no sea una lengua (o una manera de llamarla). Este tema de conversación es tabú entre los propios valencianos.

Afirma que somos todos unos corruptos.

Aquí hemos tenido unos cuantos políticos corruptos, pero eso no refleja para nada al valenciano medio, que por norma general es muy pero que muy honrado.

Llámanos catalanes del sur.

Eso de ser metidos en el saco de los “Països catalans” no nos suele sentar nada bien, y es aquí, cuando nos confunden con catalanes, cuando sacamos nuestro lado más nacionalista: ”catalán no, valenciano”.

Critica las fallas sin entenderlas.

Si no entiendes las fallas no te preocupes, te las explicamos, pero criticarlas y decir que son una tontería sin entenderlas ¡ni de coña! Estamos muy orgullosos de nuestras fiestas, es cierto que implican quemar monumentos de cartón piedra carísimos, pero es parte de una tradición centenaria de fuego, humor, crítica social y hermandad de los barrios. Con las hogueras de Alicante, las Gaiatas de Castellón, o la tomatina de Buñol pasa lo mismo. Mejor no cuestiones el dispendio, porque es nuestro dinero y lo quemamos como queremos.

Di que la horchata no vale nada.

Es inconcebible que a alguien con papilas gustativas no le guste la horchata, al menos en nuestra cabeza no entra. Es sanísima y súper refrescante, por eso obvia decir que no te gusta, es mejor que digas que te apetece más un granizado para evitar líos.

Afirma que Calatrava es el único valenciano famoso (por sus pifias).

A ver, igual no conoces a Nino Bravo, Sorolla, Joaquín Rodrigo, Mariscal, Camilo Sexto, el Doctor Cavadas, Pablo Motos, Nuria Roca, David Albelda, Juan Carlos Ferrero, Arturo Valls, José Ribera, David Ferrer, Andrés Palop o Vicente Blasco Ibáñez, pero eso no significa que no sean personajes famosos, y todos ellos valencianos. Calatrava también es valenciano, pero no el único. Y no, no tenemos trencadís en todos nuestros baños.

Desprestigia nuestras naranjas.

Nuestras naranjas son las mejores y punto, eso no se discute. Se cultivan desde tiempos inmemoriales por agricultores expertos y cuidadosos, nada que ver con ninguna otra naranja que te puedas tomar por ahí. Eso sí, las mejores nos las quedamos para nosotros, y fuera a veces enviamos las más bonitas, que no tienen por qué ser las más buenas.

Llámanos “tete”.

Si eres mi primo, mi hermano, o mi amigo de toda la vida: me puedes llamar tete. De lo contrario ni se te ocurra. Gandía Shore puso de moda el tema de los “tetes”, pero el uso que le damos no tiene nada que ver con el de “tío, tronco, quillo…” o cualquier otro apelativo cariñoso hacia tus colegas, así que mejor no intentes usarlo.

Pregúntanos dónde está Valencia.

Cuando un extranjero nos dice que conoce Andalucía, Madrid, Barcelona, y Mallorca, por ejemplo, para acto seguido preguntar: ¿y dónde está Valencia? Pues resulta que Valencia es la 3ª ciudad más poblada de España, Alicante la 11 y Elche la 20, así que mejor estúdiate el mapa.

Levantinízanos.

No somos el “Levante”, el Levante comprende desde Cataluña hasta Almería. Aun así los meteorólogos televisivos se empeñan en afirmar que “hará buen tiempo en el Levante español” para referirse a la Comunitat Valenciana. Pues no, señores, somos el levante de Madrid, pero el poniente de las Baleares, el meridión de Cataluña y el septentrión de Murcia.