1.
Aprende a contar chistes. Es lo que va a esperar todo el mundo de ti cuando salgas de Andalucía.
2.
Enfádate con quien critique a los andaluces a base de tópicos y defiéndete lanzando todos los estereotipos posibles sobre el resto de regiones. ¡Ellos sí que son así!
3.
Empieza los 28 de febrero con pan y aceite en el desayuno.
4.
Pinta los colores blanco y verde en cualquier cosa que hagas.
5.
Tatúate una palabra vital: siesta. Incluso si no te gusta. En verano vas a estar obligado porque a mediodía salir a la calle salir a un infierno caluroso.
6.
Critica el calor cuando haga calor y el frío cuando haga frío. El tiempo nunca te va bien: si es invierno querrás que sea verano y viceversa. Es lo que hay.
7.
Aprende a hablar andaluz: puede que no esté reconocido como lengua oficial, pero como no estudies no te enterarás de la mitad.
8.
No dudes en acortar palabras: caló en vez de calor, ¡Ozú! por ¡Jesús!, cansao por cansado…
9.
Sal a la calle. Ten en cuenta que en Andalucía brilla el sol muchos días y algo habrá que hacer para aprovecharlo, que luego llueve. O eso dicen.