1. Extrañas las micros con tarjeta Bip.
No sólo las extrañas… Es tan rutinario para un santiaguino portar siempre la Tarjeta Bip en el bolsillo, billetera o cartera, que cuando no la andas trayendo sientes que algo se te ha olvidado en casa. ¿Subirse a una micro y no tener que deslizar la tarjeta para pagar? ¡Qué es esto! Lo bueno es que puedes pedirle al microbusero que te deje en lugares personalizados del recorrido, en vez de tener que ajustarte a los paraderos específicos del Transantiago.