A los extranjeros que hemos tenido el privilegio de vivir un 18 de septiembre en Chile, nos asombra el hecho de que cuando estas fechas se acercan, todo el país parece fundirse en fiestas, asados y ramadas que pueden alargarse por una semana o más, para los que cuentan con mayor aguante. Todos los problemas parecen olvidarse apenas el calendario cambia al 1° de septiembre y es sin duda una experiencia que no basta con que te la cuenten, debes vivirla. Aquí, algunas de las costumbres que más me han asombrado en mi tiempo en Chile.
Las 8 costumbres de las fiestas patrias chilenas que más nos asombran a los extranjeros
1. En Chile parece haber dos navidades…
La primera en septiembre y luego la que todos conocemos en diciembre. A partir de la última semana de agosto comienza a sentirse por todas partes ese ambiente festivo, más típico de la navidad en otros países. La gente anda más alegre, por las calles comienzas a escuchar cueca por doquier, y casi cada conversación gira en torno a “¿Qué vai hacer pal’ 18?”.
2. ¡Si hasta hay aguinaldo en septiembre!
La tradición marca que durante las fiestas la celebración es a lo grande, por eso, al menos el 90% de las empresas en Chile dan a sus empleados un bono especial dieciochero, para que estos puedan celebrar las ansiadas festividades sin caer en bancarrota. Los que venimos de otro país recibimos con grata sorpresa esta costumbre, que en muchos otros lugares sólo aplica en el caso de la Navidad.
3. No entiendes eso de ‘tikitikití” como final o complemento para casi cualquier oración.
“Esta empaná sí que está buena, tikitikiti”; “Llegaron las fiestas, tikitikití”; “¿Un vinito para acompañar el asado? Tikitikití”. No te preocupes por entender el significado de esta “palabra”, ya que parece no tenerlo. Es como si se tratara de una expresión de alegría que invade los cuerpos cuando se acercan las fechas patrias.
4. Todo el país se viste de blanco, rojo y azul.
A partir de las semanas previas al 18, las calles, comercios, ventanas, autos y casi cualquier lugar estará adornado con los colores de la bandera nacional, como si un maremoto patriótico hubiera arrasado con cada rincón del país. Cuidado, o también tú terminarás pintado.
5. ¿Que un gallo persigue a una gallina y se vuelve el rey del carrete?
Si, te asombras de la cueca y sus interpretaciones. Lo del gallo que persigue a la gallina es una de las tantas teorías en cuanto al significado y origen de la cueca. Lo verdaderamente cierto es que al llegar septiembre el zapateo, los aplausos y los pañuelos blancos revoloteando se apoderan de casi todas las celebraciones. A los extranjeros nos resulta un baile divertido que muchos intentamos, con poco éxito, aprender en un par de semanas para poder prendernos en cuanta fonda o ramada haya.
6. Los chilenos tienen una excéntrica y amplia tradición etílica dieciochera.
Cuando de copete se trata (trago), para el ingenio chileno… el cielo es el límite. Las fechas patrias son un momento propicio para conocer su extensa y excéntrica carta de tragos “Made in Chile”.
El 18 no sería el mismo sin un clásico navegao (vino tibio con especias), un terremoto (vino pipeño con helado de piña y granadina) o un dulce borgoña (vino con frutillas y azúcar). También está el jote (vino con gaseosa) y la chupilca (vino con harina tostada y azúcar) para calmar las réplicas del terremoto a la mañana siguiente. Eso sí, la piscola, tan simple como un pisco con cola, siempre pero siempre, será la invitada de honor a la fiesta. Que no se diga que los chilenos no son “buenos pal’ copete”.
8. ¡El despliegue de las ramadas!
Antiguamente, ramada era el nombre que se le daba a las fondas construidas con paredes de madera y techos de ramas, donde las personas iban a comer y beber lo típico del 18. Al día de hoy, es lo mismo, sólo que funcionan como locales itinerantes o una especie de feria donde encuentras el típico choripán, anticucho, empanada, sopaipilla con pebre, mote con huesillo o pajaritos, así como el clásico terremoto (una vez más ¡cuidado con las réplicas!) y cuecas, mientras compartes una linda tarde con amigos. Aunque te asombre tanto despliegue para una fiesta patria, la realidad es que quien no va a una ramada, no vivió un 18 en Chile.
8. La pregunta con mucha anticipación de “¿Qué vai hacer pal’ próximo 18?”
Se trata de una pregunta típica que escucharás apenas el calendario marque 20 de septiembre, mientras todos comienzan con los quejosos y falsos juramentos de “no volveré a comer y beber como este 18”. Es decir, te sorprenda o no, notarás la paradoja de la queja por lo que acaban de hacer y la anticipación por volver a hacerlo. Verás como el reloj vuelve a ponerse en cero y comienza de nuevo el conteo regresivo para las próximas fiestas patrias.