¡Ninguno!
Si nos preguntás a los cordobeses qué defectos tenemos, seguramente lo primero que te vamos a responder es: “ninguno, los cordobeses somos perfectos”. A primera vista podés pensar “¡qué arrogantes!”, pero ¿a quién en el mundo no le gustaría tener una autoestima tan sana? Eso sí, los cordobeses vamos por la vida con la cabeza en alto, pero jamás con la nariz parada, no te confundas.