Si vas a comer en Oaxaca vas a comer muy bien. Pasar un fin de semana en la capital oaxaqueña te pondrá frente a un sinnúmero de opciones para probar algunos de los platillos con más historia y sabor de toda la cocina mexicana, desde el mole negro y el amarillo hasta las tradicionales tlayudas con tasajo y el imperdible chocolatito de agua con pan de yema. Hace poco te compartí una guía para explorar la zona de los Valles Centrales en 72 horas teniendo a la ciudad de Oaxaca como base, pero si tienes un poco menos de tiempo y tienes planeado un viaje bastante más indulgente, échale un ojo a estas seis recomendaciones para comer como rey en uno de los rincones de México que mejor se prestan para una sobredosis de sabor. ¡Buen provecho!
*Todas las fotos son propiedad del autor*
Sabina Sabe
Si viviera en la ciudad de Oaxaca no me sacarían de aquí. Sabina Sabe fue la gran sorpresa de mi último viaje a Oaxaca, es un lugar pequeño pero muy agradable, con opciones de comida que van de lo tradicional oaxaqueño a la fusión y una selección de cócteles en los que el mezcal hace de las suyas y lo hace muy bien. Tienen una carta muy variada y bastante económica que invita a pedir un montón de platillos al centro y comer como si no hubiera mañana. Una de esas raras ocasiones en las que todo —desde el sabor de los platillos y la variedad de bebidas, hasta la atención del personal, el diseño del lugar e incluso la música— encaja a la perfección. Ven en la primera oportunidad que tengas y pide el chichilo de pulpo acompañado por un coctel de mezcal con jamaica, te aseguro que vas a querer regresar.
Dónde: 5 de mayo 209, Centro.
Pasillo de humo
En uno de los costados del Mercado 20 de Noviembre se encuentra este pasillo, mucho más bullicioso que el resto del mercado, donde decenas de puestos de carne alistan anafres para prepararte lo que más te guste —cecina, tasajo o chorizo— y servírtelo al momento. El espacio para comer es pequeño y solo tiene algunas mesas de plástico y toda la sobrecarga sensorial que esperarías de un mercado oaxaqueño, incluyendo los gritos de los vendedores, música, mucho humo y los cargadores del mercado yendo y viniendo. Es el lugar perfecto para probar el famoso tasajo de Oaxaca y una experiencia que sólo podrás vivir aquí.
Antes de salir del mercado, date una vuelta por la nave principal y escoge un buen merendero donde comerte un tradicional chocolate de agua acompañado con un pan de yema. Chopéalo a gusto que para eso es.
Dónde: 20 de Noviembre 512, Centro
Zandunga Sabor Istmeño
Como su nombre lo dice, Zandunga se especializa en comida típica del istmo. Dentro de la carta destaca el cochito y distintos tipos de mole, además de antojitos típicos oaxaqueños. Tanto la comida como la atención son excelentes y el espacio es perfecto para una cena romántica o para una reunión con amigos. Tienen una muy buena carta de mezcales y de cervezas artesanales para acompañar tu cena. Pide las enchiladas con mole rojo y negro y luego me cuentas cuál de los dos te gustó más.
El restaurante del centro abre para comidas y cenas, pero Zandunga tiene una nueva sucursal en la colonia Reforma —a menos de diez minutos en auto desde el centro— en la que los desayunos están de diez.
Dónde: Manuel García Vigil 512, Centro y Porfirio Díaz 223, Reforma
Restaurante Catedral
Catedral es un restaurante familiar que se especializa en comida tradicional oaxaqueña y se encuentra en una de esas impresionantes casonas del centro de la ciudad. La carta es muy amplia y cuenta con especialidades de varias regiones de Oaxaca. Las entomatadas y las picaditas con asiento son una delicia, pero guarda espacio para un tamalito de elote con queso fresco… y luego pide otro para llevar. La Catedral es un clásico oaxaqueño y uno de esos lugares para quedar bien con la suegra o celebrar con un grupo de amigos.
Dónde: Manuel García Vigil 105, Centro
Pitiona
Pitiona es el proyecto gastronómico del chef José Manuel Baños y ha aparecido en la lista de los 50 Best Restaurants de S. Pellegrino. Aquí vas a encontrar muy buenas interpretaciones de platillos típicos de la cocina oaxaqueña, todo basado en ingredientes locales y servido en porciones adecuadas. En la carta abundan los mariscos, los antojitos típicos oaxaqueños y hasta los tacos. También tienen un menú de degustación de diez tiempos. Te recomiendo comenzar con el guacamole y haz lo posible por probar la tetela rellena de mariscos. Pitiona se encuentra distribuido al interior de una casona de tres pisos y tiene espacios muy distintos entre sí; sin embargo, el sitio estrella es la terraza, desde la que tendrás una vista espectacular de la iglesia de Santo Domingo y de los cerros que rodean a la ciudad.
Del otro lado de la calle se encuentra Los Amantes, una pequeña —muy pequeña— mezcalería en la que sólo encontrarás mezcales de esta marca y en la que el ambiente no podría ser más íntimo. Pide una degustación de mezcales para bajar la comida y entonarte para lo que sea que disponga la noche oaxaqueña.
Dónde: Ignacio Allende 114, Centro
Los Pacos
Si eres fanático del mole seguramente sabes que Oaxaca tiene siete variedades distintas y que cada uno de estos platillos corresponde con una de las regiones del estado. Lo que probablemente no sabías es que en la ciudad de Oaxaca puedes probar todas estas variedades en un mismo lugar. En Los Pacos puedes degustar los siete moles oaxaqueños en una misma sentada y no son pocos los que dicen que este restaurante cuenta con los mejores moles de la ciudad, sino es que del estado. ¿Te animas a comprobarlo?
Dónde: Belisario Domínguez 108, Reforma