“Quetzalcóatl, aunque fue hombre, teníanle por dios y decían que barría el camino a los dioses del agua y esto adivinaban porque antes que comienzan las aguas hay grandes vientos y polvos, y por esto decían que Quetzalcóatl, dios de los vientos, barría los caminos a los dioses de las lluvias para que viniesen a llover”.
Fray Bernardino de Sahagún.
Durante los últimos 500 años se ha difundido una falsa creencia, que empezó como una estrategia de sometimiento a los pueblos nativos, hasta convertirse en una supuesta verdad que es aceptada por muchos y reforzada por libros de historia, murales y leyendas urbanas. Te hablo de la idea generalizada de que Quetzalcóatl, el profeta de Anáhuac, era rubio y de ojos azules.