Un recorrido en fotos por los 9 pueblos mágicos de Puebla
El estado de Puebla es uno de los más bonitos de México, y su cantidad de pueblos mágicos lo demuestra: ¡Nueve! Y todos con sus encantos y sus maravillas dignas de explorar. Aquí nos vamos de recorrido por los pueblos mágicos de Puebla, a ver qué nos traen. ¡Que disfruten!
1. Chignahuapan
Chignahuapan está en la Sierra Norte de Puebla. En náhuatl, su nombre significa “sobre las nueve aguas”, haciendo referencia a las abundantes fuentes de agua de la región.
Justamente, una de las principales atracciones de este pueblito encantador son sus baños termales de aguas sulfurosas y sanadoras. El balneario se encuentra a unos pocos kilómetros del centro, y cuenta con hospedaje y con un spa.
La artesanía típica de Chignahuapan te va a encantar, porque se trata de la elaboración de esferas de Navidad. Existen cerca de 200 talleres y más de 3,000 artesanos enfocados a la producción de estas decoraciones navideñas. Es más, la primera semana de noviembre se lleva a cabo la Feria Nacional del Árbol y la Esfera de Navidad.
No te vayas de Chignahuapan sin probar la barbacoa de hoyo.
Ni sin visitar este precioso kiosco de estilo mudéjar, ubicado en la Plaza de la Constitución.
La Basílica de la Concepción alberga una escultura monumental de la Virgen de la Inmaculada Concepción. El escultor poblano José Luis Silva talló la imagen en la década de los 60. Mide doce metros de alto, lo que la convierte en la más grande de Latinoamérica bajo techo.
2. Cholula
Cholula es un municipio del estado de Puebla y está a solo a 22 kilómetros de la ciudad. La ciudad fue fundada antes de la conquista española y se sabe que era una ciudad sagrada para todo el Anáhuac, en la que se veneraba a Quetzalcóatl.
La estructura de la pirámide de Cholula mide 400 metros por lado y 65 metros de alto y es el resultado de diez siglos de acumulación de grandes estructuras. Es la pirámide con mayor volumen del mundo.
Junto a la pirámide se encuentra el Santuario de la Virgen de los Remedios.
Antes de irse hay que probar al menos algunas (o todas ¡si te animas!) de las delicias típicas de Cholula: sopa cholulteca, cecina con rajas rojas y queso de canasta, orejas de elefante, sidra Copa de Oro, sus dulces típicos o estas exquisitas cuetlas.
3. Cuetzalan del Progreso
Este pueblito, cuyo nombre significa “el lugar de los quetzales”, lo tiene todo y para todos los gustos.
Cascadas, bosques y actividades llenas de adrenalina para los más osados (Foto: la Cascada Escondida).
La zona arqueológica de Yohualichan.
Y un pueblo lleno de encantos y sorpresas, como los voladores de Cuetzalan que se pueden ver cada domingo en la explanada de la iglesia.
No te vayas sin probar la sopa de setas, los tayoyos (foto), los tamales de frijol y de mole, los guisados con quelites, las prehispánicas acamayas, el licor yolixpa, hecho con 23 hierbas (foto) y el café.
4. Pahuatlán
Ubicado en la Sierra Madre Oriental, este pueblo goza de un legado náhuatl y otomí.
Sus montañas y bosques son perfectos para hacer toda clase de actividades al aire libre.
La artesanía típica del lugar es el papel amate, un tipo de papel prehispánico que se realiza de manera totalmente artesanal.
La gastronomía de la región es excelente, resultado de la fusión de las culturas totonaca, nahua y otomí más los ingredientes traídos por los españoles. No te vayas sin probar el riquísimo café de montaña, los panes, la cecina ahumada, las flores comestibles, los taquitos de cebolla con chicharrón, los tamales de cacahuate (y los cacahuates, en todas sus presentaciones), los atole y la típica salsa de chicales (¡hormigas!).
5. Tlatlauquitepec
¡No por nada le dicen “el jardín de la Sierra Norte”!
El Cerro Cabezón es la mayor atracción del lugar.
Y en su cumbre hay un puente colgante.
No te vayas de este pueblo mágico sin probar el mole de hongos y el mole ranchero.
6. Xicotepec
Quizás su mayor atracción sea el centro ceremonial La Xochipila, dedicado a Juanito Techachalco. De origen prehispánico, estaba dedicado al dios mexica Xochipilli, dios del sol, de la vegetación, del agua, de la primavera, de la juventud y de la música. Luego fue consagrado por los españoles a a San Juan Bautista y, de la unión de ambas culturas, nació la figura mestiza de Juanito Techachalco. Este lugar es punto de encuentro de grupos indígenas y de chamanes y brujos de todo México.
Algunos de los platillos típicos de Xicotepec son la cecina asada o ahumada con enchiladas y frijoles, el pollo y chorizo ahumado, las acamayas al mojo de ajo o chilpalchole (foto), el pascal, los huevos Xicotepec y las gorditas, que aquí son muy pequeñas, prácticamente del tamaño de un bocado.
7. Zacatlán de las Manzanas
La cascada de Tulimán es bellísima.
Y mira qué curiosa esta formación, llamada Valle de las piedras encimadas.
Zacatlán es considerado la cuna de los relojes monumentales de México. Si te interesa el tema, debes visitar el Museo Museo de Relojeria Alberto Olvera Hernandez.
No dejes de probar el mixiote de pollo (foto), de conejo, de res y de carnero, el mole de guajolote y el mole aguado.
8. Atlixco
A este pueblo mágico se lo conoce como “la ciudad de las flores” y son particularmente famosas las alfombras florales que cubren el zócalo durante las celebraciones del Día de Muertos.
El festival Huey Atlixcayotl se lleva a cabo en septiembre y es la máxima fiesta de Atlixco (y la segunda a nivel nacional, después de la Guelaguetza). Se le agradece a la naturaleza por los beneficios durante el año.
¡No te vayas sin probar la famosísima cecina de Atlixco!
9. Huauchinango
En marzo se realiza la Feria de las Flores, celebración que dura nueve días en los que se llevan a cabo procesiones y actividades religiosas dedicadas al Señor del Santo Entierro, patrono de la comunidad. Miren qué impresionante esta alfombra floral.
El entorno natural es ideal para relajarse (Foto: la Presa de Tenango).
No se vayan sin probar el café local, los tamales de hoja papatla, el pollo encacahuatado y las enchiladas verdes elaboradas con tortilla, sumergidas en manteca y rellenas de carne.