A través del tiempo, distintas culturas construyeron enormes figuras en laderas de montañas, cerros y desiertos impulsados por motivos que aún se desconocen. Se pueden ver a kilómetros de distancia e incluso algunas sólo se pueden ver desde el cielo, como sucede con las líneas de Nazca. Muchas de las más impactantes y misteriosas de estas figuras -llamadas geoglifos- se encuentran en América Latina, especialmente en Chile y Perú.
Nuevos geoglifos de Nazca (Perú)
Hace unos pocos días, a principios de abril, se conoció el descubrimiento de más de 50 geoglifos nunca antes vistos en el desierto de Nazca, en las laderas de las colinas que circundan los valles de Palpa, lejos de donde se localizan las líneas de Nazca, aunque en la misma región costera de Ica, al sur del país. El descubrimiento comprende figuras humanas, aves y felinos, que con el paso del tiempo y los vientos en la zona se volvieron imperceptibles para el ojo humano al nivel de la superficie.
Ahora, estas nuevas figuras fueron registradas por drones, que volaron a una altura lo suficientemente baja como para detectarlas. A diferencia de las líneas de Nazca, estos dibujos son demasiado débiles como para verlos desde un avión. Las lentes de los drones permitieron armar el trazado de estos geoglifos con un nivel de detalle extraordinario. La mayoría de estas figuras, que en su mayoría son guerreros, habrían sido creadas entre los años 500 y 200 AC.
Líneas de Nazca (Perú)
En las pampas de Jumana, desierto de Nazca, entre las poblaciones de Nazca y Palpa, departamento de Ica, están los geoglifos más famosos de América, y el conjunto de representaciones de este tipo más grande del mundo: las líneas de Nazca, que cubren más de 400 kilómetros cuadrados y fueron trazadas entre los años 500 AC y 500 DC.
Son varios cientos de figuras que van desde simples líneas hasta representaciones de criaturas vivas, vegetales estilizados y seres fantásticos. Se supone que tuvieron una función ritual vinculada a la astronomía y a un complejo sistema de riego. Es uno de los sitios declarados patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Gigante de Atacama (Chile)
Esta figura, también conocida como gigante de Tarapacá o geoglifo de Cerro Unita, tiene casi 120 metros de largo y está sobre la ladera noroeste del cerro Unita, en el desierto de Atacama. Es la figura antropomorfa más grande de Latinoamérica y está realizada por acumulación de piedras y raspado del terreno.
Podría ser la representación de un chamán, aunque también podría corresponder a la deidad andina Tunupa-Tarapacá. Esta impresionante obra data del año 900 DC. En total, en el cerro Unita hay 21 figuras, todas representativas de la cultura y religión de los pueblos que habitaron la región hace más de 1000 años.
Geoglifos de Azapa (Chile)
En esta región ubicada al sureste de Arica, se encuentran dos impresionantes paneles: La tropilla y Cerro sagrado. El primero está integrado por un conjunto de camélidos encabezados por dos personajes con caracteres chamánicos, que bien podrían simbolizar los espíritus que guían la tropa hacia la costa.
El segundo, representa a dos figuras antropomorfas asociadas a otros animales, que -se supone- estarían relacionados a ritos de la actividad agrícola ganadera. Se estima que fueron creados entre los años 1000 y 1500 DC con la técnica de piedras amontonadas y raspado del terreno.
Geoglifos de Chug Chug (Chile)
En el desierto de Atacama, al noroeste de la ciudad de María Elena, existe un área que incluye 23 sitios arqueológicos y alrededor de 500 geoglifos distribuidos a lo largo de viejas rutas de caravanas entre el oasis de Calama y Quillagua, la base de una extinta ciudad prehispánica. Es la tercera zona con más geoglifos del mundo, después de Nazca y Pintados.
Incluyen figuras humanas, figuras geométricas como círculos y rombos, y diseños zoomorfos de animales de la región: camélidos, lagartos, fauna marina (cetáceos y albacoras), y aves. Se cree que estos últimos eran señales para guiar a las caravanas de pastores y comerciantes en sus viajes entre el Altiplano y el océano Pacífico. Al igual que el resto de los geoglifos de Chile, también los de Chung Chung fueron realizados con la técnica de piedras y terreno raspado.
Geoglifos de Pintados (Chile)
En Pampa del Tamarugal, Región de Tarapacá, las figuras plasmadas en las laderas del cerro Pintados conforman el sitio de mayor magnitud del norte de Chile y el segundo más importante del mundo.
Los geoglifos de Cerros Pintados fueron realizados por pueblos que habitaron la vertiente occidental andina entre los años 700 y 1500 D.C. Se estima que fueron realizadas para cumplir funciones de guía en las rutas.
Geoglifos de Acre (Brasil)
En el suroeste de la Amazonia, la tala masiva de árboles hizo visibles en las últimas décadas del siglo XX curiosos geoglifos de formas estrictamente geométricas. Son prolijas zanjas de 1 a 4 metros de profundidad y unos 12 metros de ancho que forman diferentes diseños, algunos de 300 metros cuadrados de superficie: círculos, cuadrados, rectángulos, rectas, paralelas o en forma de «U».
Las figuras que tienen una geometría perfecta -lo cual hablaría de un significado simbólico- están conectadas entre sí por una especie de camino formado por dos líneas paralelas más elevadas. Se especula con que podrían haber sido centros ceremoniales de peregrinación. Ya fueron encontrados 450 geoglifos en esta zona.
Rueda del Indio (Venezuela)
En el estado de Carabobo, sobre la falda del cerro Olivita, se encuentra un espectacular geoglifo conocido como Rueda del Indio, cuya antigüedad se calcula en 1500 años. Sobre su función, algunos consideran que se trató de un lugar ceremonial con significado ritual. Pero si se la analiza por su ubicación, esta figura, -que podría ser un hombre o un dios- se puede deducir que estaba allí para indicarle a los que se dirigían al fondo del saco del valle de Chirgua, quienes eran los que allí habitaban.
Candelabro de Paracas (Perú)
En la costa norte de la península de Paracas, departamento de Ica, está el candelabro de Paracas, uno de los geoglifos más impresionantes y famosos del mundo. Su diseño sobre la arena y las enormes dimensiones lo relacionan directamente con los geoglifos de Nazca. Este misterioso candelabro mide 180 metros de largo y se calcula que tiene unos 2500 años. El significado y el origen aún se desconocen.
Geoglifos de Chen Chen (Perú)
Estos geoglifos están ubicados en uno de los asentamientos más importantes de la cultura Tiwanaku, en la costa del sur andino del Perú. Hay dos grupos de camélidos bien definidos, y en uno de ellos -el más impactante- se puede ver la silueta de nueve animales ubicados justo en el centro de la cadena de colinas. Estas imágenes serían la muestra de que en este lugar había una gran cantidad de alpacas, guanacos y vicuñas. Es la única evidencia artística que queda in situ de una población que tuvo su esplendor alrededor de los años 700 a 1000 DC.
Águila de Oyotún (Perú)
Para algunos, este ave color blanco, con cabeza redonda, pico corto y rasgos humanos habría tenido la función de orientar a los viajeros al pueblo precolombino de Collique. Sin embargo, para otros el significado es completamente diferente, ya que se trataría de un ave mitológica de adoración. La gigantesca figura (de 60 metros de altura) es única en su género y es una de las más importantes e impactantes de América Latina. Se estima que fue creada entre los años 2200 y 1800 AC por los habitantes de la cultura Chavín. Está a pocos kilómetros de la ciudad de Oyotún, en la provincia de Chiclayo.
Geoglifos de Chiza (Chile)
Se trata de una serie de figuras de humanos, pájaros y otros animales construidas en la Cuesta de Chiza, Región de Tarapacá, en pleno desierto de Atacama. Fueron realizados con rocas negras colocadas sobre la arena. Se estima que fueron creados entre el año 500 y 900 DC y se desconoce si su propósito fue para guiar a los viajeros o si están relacionados a rituales.