Si bien no hay un acuerdo sobre el origen del pueblo gitano (también llamado romaní o rom), la evidencia lingüística indica que es originario del norte de la India y que, alrededor del año 1500, comenzó su camino hacia Europa, por causas inciertas. En la India actual hay muchas tribus de gitanos, aunque tal vez la más emblemática sea la de los kalbelias del desierto de Thar, en el estado de Rajastán del norte de la India, en el límite con Pakistán.
¿Quién no ha visto aparecer, en una película o serie, al señor con turbante colorido que trae una caja redonda y un pungi (el instrumento de viento de la foto) y que, cuando abre la caja, aparece una serpiente a la que hipnotiza con su música? Bueno, ese señor es, seguramente, miembro de la tribu de los kalbelias de Rajastán, cuyos hombres han sido, por tradición, encantadores de serpientes.
Kalbelia significa, justamente, “aquellos que aman a las serpientes”. Sin embargo, una ley de protección de la flora y fauna salvaje promulgada en 1972 limitó esta práctica y la comunidad tuvo que adaptarse a otras formas de vida.
La mayoría de los kalbelias son nómadas que siguen una ruta circular preestablecida y dictada por los trabajos ocasionales que realizan en los campos de cultivo.
También tienen sus animales de pastoreo y ofrecen shows de música y danza en hoteles y en fiestas. Instalan sus carpas en las afueras de los pueblos y ciudades y allí se los puede encontrar, una explosión de color en el medio del desierto.
Cuando una serpiente entra a una vivienda o es avistada en un pueblo, son los kalbelias los que se ocupan de atraparlas con vida y sin lastimarlas.
Los cantos y los bailes folclóricos de los gitanos de Rajastán fueron declarados por la UNESCO Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, al considerar que “son una expresión de su modo de vida tradicional. Los kalbelias, que fueron en otros tiempos encantadores de serpientes, evocan su ocupación de antaño por medio de músicas y danzas que están evolucionando hacia nuevas formas creativas” (aquí puedes leer el texto de la UNESCO completo).
La danza de las mujeres es intensa: hay giros y contorsiones energéticas y sensuales, y movimientos que parecen recrear las ondulaciones de la serpiente, lo que se acentúa con el sonido de las tobilleras de cascabeles que es parte de su traje tradicional. La gracia de estas mujeres es tan profunda como su mirada.
Este es el traje tradicional que usan para danzar, el que está confeccionado por ellas mismas.
También llevan tatuajes de henna con motivos tradicionales.
Los hombres no danzan, son los que tocan los instrumentos y cantan. Algunos de los instrumentos utilizados son el pakhwaja, el dholak, el jhanjhar, el sarangi y el pungi, del que les hablé más arriba. Sin embargo, los hombres también son bien detallistas a la hora de diseñar y elegir su vestuario.
Hasta 1950, cuando la constitución de la India abolió el sistema de castas, los gitanos eran considerados “intocables”. Sin embargo, y a pesar de que la ley los ampara, en la práctica los kalbelias continúan siendo discriminados.
El mundo está cambiando rápidamente y muchos kalbelias ya están dejando sus modos tradicionales para irse a vivir a las grandes ciudades o para trabajar en el campo de forma permanente. Ojalá que su arte siga alegrando la tierra por muchos siglos más.
Espero que los kalbelias te hayan inspirado tanto como a mí. Si quieres saber más de ellos, pero sobre todo vibrar con el color y la música de los gitanos del desierto, te recomiendo este documental del realizador francés Raphael Treza, quien pasó tres meses conviviendo con ellos. ¡Es un trabajo buenísimo que te va a encantar! Muchas de las fotos que ilustran este artículo son del mismo Raphael, por lo que te invitamos a seguirlo en Instagram y en Facebook.