La historia detrás de la mejor playera que vistió el Tri

by Xiu 22 Jun 2018

Con la emoción que nos embarga por el triunfo de la selección mexicana en esta copa del mundo, y llenos de esperanzas por lo que vendrá, te quiero hablar hoy de una playera de inspiración prehispánica que usó nuestro equipo en Francia ‘98.

Si bien el verde de la camiseta, el blanco del short y el rojo de las calcetas son ya una tradición en su uniforme principal; el blanco en camiseta y short y el rojo en las calcetas en su uniforme secundario; y últimamente un uniforme en negro en todo el conjunto, siempre ha habido detalles que les han dado originalidad al uniforme.

Hoy queremos recordar uno de los uniformes más emblemáticos de la selección mexicana a lo largo de los mundiales, el que sin duda alguna se quedó para siempre en nuestros corazones por el alto valor cultural que se le agregó.

Diseñada por ABA Sport, una marca mexicana que quiso darle al uniforme de la selección nacional de ese entonces una identidad con más historia -o una historia distinta- que los típicos sombreros de charro, los zarapes, las máscaras, los bigotes falsos y los sombreros gigantes que los aficionados suelen llevar a los encuentros internacionales.

Es así como en aquella ocasión, el símbolo más emblemático de la cultura mexicana se hizo presente en la camiseta de la selección y el mundo pudo ver admirar un poco más de nuestra historia.

El centro de la piedra de los soles fue plasmada en toda la camiseta, como un tributo a la cultura mexica, imperio con el que se enfrentó Hernán Cortés a su llegada al actual territorio mexicano y al que derrotó en alianza con los reinos enemigos de los mexica.

¿Pero, qué es la Piedra del sol?

El 17 de diciembre de 1791, en el zócalo de la Ciudad de México, la mayor plaza de México, que en alguna época también fue la principal plaza de la ciudad de México-Tenochtitlan, se hizo uno de los mayores descubrimientos arqueológicos… Un enorme disco de basalto de 3.5 metros de diámetro y un peso de 50 toneladas, datado del año 1479 que representa la cosmovisión mexica, desde los signos de su calendario, el ciclo solar, la vía láctea, los ciclos de venus y la luna y hasta las cuatro eras en las que anteriormente fue habitado nuestro planeta por la humanidad y gracias a la creación de los dioses.

Bien pues, la camiseta de la selección mexicana de fútbol de aquel entonces contenía lo más emblemático de la piedra del sol: el rostro de Tonatiuh, que es el sol que nos alumbra en nuestros tiempos y, a su alrededor, los cuatro soles que antecedieron a este.

La forma en que se plasmó fue sencilla: no se trataba de una marca de agua como sucede con otras camisetas sino que estaba totalmente impresa en una tonalidad más oscura sobre el fondo de la misma y que resaltaba por el efecto de la luz.

Ya han pasado 20 años desde aquel hermoso jersey y no cabe duda que fue uno de los mejores. Además, hay que sumarle que acompañó a la selección en una de sus mejores participaciones en copas del mundo, que sin duda nos hacen desear aún más un diseño similar en estos tiempos. ¡Vamos México!