En todo el territorio argentino hay 33 parques nacionales. Algunos parques son muy conocidos, como el Parque Nacional Los Glaciares (donde está el glaciar Perito Moreno), el Parque Nacional Iguazú (que protege las cataratas), o el Parque Nacional Nahuel Huapi (en las cercanías de la ciudad de Bariloche). Sin embargo, hay una veintena de parques que muy pocos conocen pese a que allí se preservan tesoros naturales únicos, entre paisajes maravillosos.
Parque Nacional Monte León (Santa Cruz)
Sobre la costa austral de Santa Cruz se encuentra el primer parque nacional costero-marino de la Argentina, que alberga una gran cantidad de especies animales: tropillas de guanacos y choiques, zorrinos, armadillos (piches), zorros y pumas.
Pero la mayor atracción está entre las costas y el mar. Allí se encuentra una de las principales colonias de pingüinos Magallanes del país, con más de 60.000 parejas reproductoras. También hay apostaderos de lobos marinos de un pelo. Bajo el agua, enormes algas forman verdaderos bosques submarinos. El parque permanece abierto al público desde el 1 de noviembre al 30 de abril.
Parque Nacional San Guillermo (San Juan)
Este Parque nacional se encuentra donde se unen los altos Andes y la parte sur de la Puna. Además de la belleza del paisaje, aquí se encuentra una de las mayores poblaciones de vicuñas, especie “en recuperación”, luego de haber estado en serio riesgo de extinción. Hoy,se pueden ver grupos de cientos de vicuñas deambulando por los llanos. Se recomienda visitar durante el otoño y la primavera (en verano, las lluvias y los deshielos cordilleranos impiden el acceso).
Parque Nacional Mburucuyá (Corrientes)
En el año 2001, el abogado y naturalista Troels Myndel Pedersen y su esposa Nina Sinding -un matrimonio de origen danés- donaron las tierras que hoy conforman el parque.
El ecosistema es el de los Esteros del Iberá, una zona de bañados habitados por una biodiversidad de flora y fauna sorprendentes. Palmares de yatay (típicas de la zona), lagunas, bosques de quebrachos, laureles y lapachos, entre otras especies de árboles son el albergue de cientos de especies animales.
Parque Nacional Calilegua (Jujuy)
Este parque exhibe la notable biodiversidad característica de los ambientes selváticos: 123 especies de árboles, 77 helechos, 120 mamíferos y 350 de aves conviven en esta región que se distribuye en distintos pisos originados en las diferencias de altura, temperatura y humedad.
En la parte más baja está el llano chaqueño, luego la selva de transición, más arriba la selva de montaña, el bosque montano, el pastizal montano o de neblina y los prados altoandinos.
Debido a las intensas precipitaciones estivales se aconseja visitar el parque durante los meses de abril y noviembre.
Parque Nacional Río Pilcomayo (Formosa)
Este parque es un sitio Ramsar (humedal de importancia internacional). Allí viven 324 especies de aves, 85 de mamíferos, 42 de reptiles ,más de 40 especies de peces y de más de 30 de anfibios.
Entre tanta vida animal silvestre hay dos especies de yacarés, la boa curiyú, el mono carayá, murciélagos pescadores, carpincho, aguará popé, coatí, puma, zorro de monte, lobito de río, ocelote y otras más difíciles de encontrar como el tapir, el aguará guazú y el oso hormiguero grande. Un parque ideal para los amantes de los safaris fotográficos.
Parque Nacional Laguna Blanca (Neuquén)
Creado en 1945, este parque está rodeado de antiguos conos volcánicos, está uno de los espejos de agua dulce más importantes de la estepa patagónica.
Es un lugar especial para el avistaje de aves, ya que más de cien especies visitan la laguna durante el año: cisnes cuello negro, gallaretas, varias especies de patos, chorlos, flamencos, playeros y macaes plateados. En las paredes de la laguna nidifican aves de presa como el aguilucho común y el halcón peregrino. Por las cornisas pueden verse a los chinchillones o vizcachas de la sierra, pumas, zorros, piches, choiques y cóndores. La temporada ideal para visitarlo es de noviembre a marzo.
Parque Nacional Lihué Calel (La Pampa)
Ubicado en una zona de pequeñas sierras de origen volcánico, aquí el microclima húmedo hizo que se concentre el 40 por ciento de todas las plantas de la provincia y una gran diversidad de especies de flora local. Un paisaje que contrasta con la aridez del resto de la región.
En este parque se protegen especies amenazadas como el águila coronada, el halcón peregrino, el cardenal amarillo, el esquivo armadillo pichiciego menor y la tortuga terrestre patagónica. La temporada ideal para visitarlo es en primavera y a principios de otoño.
Parque Nacional Bosques petrificados de Jaramillo (Santa Cruz)
Hace unos 150 millones de años, esta región estaba cubierta por bosques densos de árboles gigantescos. Con las erupciones volcánicas y el inicio del levantamiento de la cordillera, el territorio fue sepultado con cenizas y lavas, y los bosques se petrificaron.
Es uno de los parques nacionales más nuevos, creado en el año 2012.
Parque Nacional El Leoncito (San Juan)
El Parque Nacional El Leoncito es un verdadero oasis en medio del desierto: se trata de un monte de sierras y bolsones que contrasta con un cielo diáfano. Pocos lugares del mundo tienen un cielo tan despejado como este, a tal punto que allí han instalado dos observatorios astronómicos a los que acuden científicos de todo el mundo para observar el cielo. Las noches despejadas al año son cerca de trescientas.
Se puede visitar durante todo el año. La primavera -con sus retamos florecidos- tiene un encanto especial, y las lluvias veraniegas pueden originar cortes momentáneos en los caminos.
Parque Nacional Sierra de las Quijadas (San Luis)
Es una zona serrana que emerge de entre la árida llanura del desierto predominante en el norte puntano.
Un lugar para recorrer es el anfiteatro natural Potrero de la Aguada, en el corazón de la sierra, testimonio de los casi veinticinco millones de años de historia geológica. El lugar es muy conocido entre los paleontólogos, ya que allí se hallaron los restos fósiles de dinosaurios y reptiles voladores como el curioso pterodaustro, con sus notables mandíbulas recurvadas hacia arriba.
La temporada ideal para visitar el parque es de abril a octubre, para evitar las altas temperaturas.
Parque Nacional Campos del Tuyú (Buenos Aires)
Este parque es una muestra del ecosistema de la pampa húmeda, esa tierra fértil que alguna vez fue territorio de los famosos gauchos que andaban a caballo lanzando boleadoras para cazar a sus presas.
Se trata de un área donada por la Fundación Vida Silvestre Argentina ubicada en la provincia de Buenos Aires, cerca de las localidades de General lavalle y San Clemente del Tuyú. Actualmente no está permitido el acceso al parque y tal vez por eso no sea conocido, pese a ser el parque nacional más cercano a la ciudad de Buenos Aires.
Parque Nacional Islas de Santa Fe (Santa Fe)
Se trata de un conjunto de ocho islas pertenecientes a la provincia de Santa Fe y ubicadas a orillas del Río Paraná. El paisaje cambia de conformación constantemente, debido a la fuerza modeladora del poderoso río. Todavía no hay infraestructura, pero se puede llegar en lancha desde Puerto Gaboto, desde cuyo embarcadero se llega en menos de una hora de lancha.
Parque Nacional Pre-Delta (Entre Ríos)
Es una muestra representativa de islas, arroyos, lagunas y riachos cercanos al río Paraná. Los sedimentos que trae el río empiezan a acumularse a partir de esta región para formar, más al sur, la región del Delta.
El parque ampara especies amenazadas como el lobito de río, la chanchita (pez), y una población relictual del yacaré overo (foto). Además, se lograron registrar 185 especies diferentes de peces.
Parque Nacional Chaco (Chaco)
Fue creado en 1954 con el objetivo de proteger las zonas de quebrachos colorados y quebrachos blancos, que venían siendo explotados desmedidamente desde mediados del siglo XIX. Además de los quebrachales, en este parque ubicado en la provincia del Chaco, hay sabanas con palmera caranday, selva en galería y esteros que conforman el típico ambiente subtropical chaqueño.
Un entorno especial para descubrir las cientos de especies animales que se esconden entre la frondosa vegetación: mono carayá, zorro de monte, guasuncho, pecaríes y especies amenazadas como el oso hormiguero, el lobito de río, el aguará guazú y el tapir, entre otras.
Parque Nacional Copo (Santiago del Estero)
Aquí viven varias especies de animales autóctonos en peligro de extinción, como el yaguareté, el tatú carreta, el chancho quimilero, el oso hormiguero grande, el águila coronada y la boa de las vizcacheras, por citar solo algunos.
También está el último reducto de quebrachal de la provincia, luego de la feroz explotación durante la primera mitad del siglo XX, que destruyó miles de hectáreas de monte y transformó el paisaje en tierra árida y poco fértil. Se recomienda visitar durante otoño, invierno y primavera; en verano el calor resulta excesivo (alcanza temperaturas máximas de 50°C) y las lluvias suelen cortar los accesos.
Parque Nacional Los Cardones (Salta)
Este parque se caracteriza por tener muestras de varios ambientes naturales diferentes: los Altos Andes, la Puna, el Monte de sierras y bolsones (en donde se desarrolla el cardonal), y pastizales de neblina, propios de la región de las Yungas.
El cardón es el típico cactus con forma de candelero que predomina en el noroeste argentino. Este parque está en en Payogasta, centro oeste de la provincia de Salta, y se recomienda visitarlo entre abril y noviembre.
Parque Nacional Baritú (Salta)
Ubicado a 2000 metros de altura, aquí se preserva una de las eco regiones de mayor diversidad de la Argentina: la selva de montaña o yungas. A diferencia de otras regiones que fueron arrasadas por la explotación indiscriminada, este ámbito se mantiene casi intacto debido al aislamiento geográfico y las escasas vías de tránsito.
En el recorrido a través de los senderos del parque se pueden observar ardillas, monos caí, agutíes, majestuosas águilas crestadas, minúsculos picaflores enanos y hasta sapitos de panza roja. La vegetación tropical sorprende con imponentes laureles, lapachos, nogales y alisos, muchas veces cubiertos por las nubes que se recuestan en los faldeos.
La temporada de visita se concentra entre abril y diciembre, debido al tipo de camino y las lluvias.
Parque Nacional Campo de los alisos (Tucumán)
Aquí se mezclan las eco regiones de las Yungas y de los Altos Andes, dejando expuestas las zonas de transición. En este ámbito se protegen los ríos Jaya y las Pavas que llevan agua a los valles y campos tucumanos.
Una característica única de este parque es la presencia del loro alisero, una especie endémica de la Yunga del noroeste argentino y sur de Bolivia. Durante los inviernos pueden verse las bandadas que van a las zonas más bajas a alimentarse. La temporada más recomendada para su visita es desde otoño hasta mediados de primavera. Las intensas lluvias veraniegas suelen cortar tanto el acceso vehicular como el sendero interno.