1. Gula
Unos deliciosos volteados de barbacoa, un tejuino con nieve de limón, una torta ahogada para curar cualquier cruda moral o física… Cuando se trata de este pecado en particular, los tapatíos tenemos un lugar reservado en el infierno gastronómico, aunque más bien tenga pinta de paraíso. Y, por supuesto, nada mejor para concluir la gusguera que una deliciosa jericalla.