Los diccionarios dan muchas pistas sobre la cultura de los hablantes de una lengua determinada. Todos hemos oído lo de las palabras que tienen los esquimales para el color blanco de la nieve (aunque parece ser que es un poco leyenda urbana) y lo de las palabras gallegas para describir la lluvia. Y luego está el tema de los insultos, nicho en el que en general (no, esto no es solo cosa del español) el ingenio humano se pone a trabajar y alcanza sus cotas más altas en una mezcla de ironía, poesía y brutalidad en su estado más puro.
Y, sin embargo, todos solemos recurrir siempre a los mismos cinco insultos sin aprovecharnos de la riqueza de nuestra lengua. ¡Ya no más! El español tiene más de cincuenta formas distintas de decir «tonto». Estas son solo algunas de ellas.