1. Familiarízate con el mapa.
Perderse en una ciudad tan grande como el DF puede ser bien feo, especialmente si se supone que uno tiene que llegar a destino a cierta hora. En la mitología griega, Teseo usó un hilo, que desenroscó para entrar al laberinto de Creta y poder salir sin perderse. Hoy en día, las cosas son un poquito más fáciles: con que lleves el mapa a mano y le des una checadita de vez en cuando ya la hiciste. Podría ser más fácil si las líneas tuvieran forma de grilla y no de plato de fideos… Lo bueno es que las estaciones tienen nombres que hacen referencia a calles y colonias que pretendas visitar. Neta no es necesario que te aprendas de memoria el mapa, pero no está de más conocer tus rutas habituales. ¡Ah canijo! ¿Esta estación estaba aquí…? Ya valió…