Photo: Denis Turavtsov/Shutterstock

Nueve calzados cubanos que pasaron a la historia

Cuba
by Sandra Alvarez 20 Apr 2015

Los kiko plásticos.

El terror de una generación de becados, entiéndase estudiantes en escuelas internas. Los kikos eran evocadores de los olores más inusitados. Recuerdo que cuando te los quitaban quedaban todos los dibujos grabados en la piel…

 

Las botas cañeras.

Calzado popular e increíblemente multipropósito que se hizo famoso durante los setenta. Lo mismo servían para ir a cortar caña que para asistir a la boda de tu mejor amigo. ¿Qué cómo la gente lograba bailar con ellas? ¡Preguntemosle a los sobrevivientes!

 

Los catarritos.

¿Que niña cubana no lloró cuando su par de zapatos nuevos se le mojaron y se abrieron? Pues los catarritos eran tan lindos, de tan variados colores, pero tan tan frágiles. Hechos a base de cartón y plástico, se deshacían con tan sólo oler el agua…

 

Las chancletas negras.

Yo todavía me acuerdo de la zurra que me dio mima que me dejo por horas los dibujitos de la suela de las chancletas en la piel de los muslos… Lo cierto es que cuando tu madre tomaba una de esas chancletas en la mano, tú sabías lo que te esperaba. En ocasiones tan sólo el gesto de inclinarse para agarrarla te indicaba que debías abandonar el lugar de inmediato. ¡Es que picaban más que un panal de abeja las malditas chancletas!

 

Los chupameaos.

Se trata más de un concepto más que de un calzado, e incluye a todos los calzados lavables de la escena, ya sean de tela, plástico o papel. El asunto estaba en resistir la orina en la época en que no existían los desechables.

 

Los bocaditos.

¡Otra vez los calzados colegiales! Y es que los bocaditos sustituyeron a los kikos plásticos. En ocasiones eran una especie intermedia entre las zapatillas deportivas y los zapatos de piel, pero siempre de color negro y en otras eran sólo de piel. ¡La creatividad puesta en función de lo feo!

 

Los amadeos.

Lo máximo del calzado de etiqueta para hombres. Bodas, fiestas de cumpleaños, entierros, aniversario de bodas, sólo las grandes celebraciones de tu vida conocieron estos calzados. También viajaron al extranjero, pues cuando la gente salía hacia la Unión Soviética le vendían un par.

 

Los primor.

No hubo una quinceañera en Cuba que no soñara con el momento de hacer su cambio de ropa, del “traje de merengue” a la vestimenta de la época la cual llevaba necesariamente unos zapatos primor.

 

Los tenis de 120 pesos…

En tiempos en que el salario podría ser de 120 pesos cubanos, habían unas zapatillas que llamaban la atención de la gente. Se encontraban en las vidrieras de la tienda Yumuri y eran muy adorados pero… ¡¡¡costaban 120 pesos!!!

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