1. ¡Hay música hasta en los entierros! Y si alguien te saca a bailar… ¡no vas a poder decir que no! Mejor ahórrate ese mal momento.
2. ¡Uf, esa gente camina como si estuviera bailando! Corres el riesgo de caerte y fracturarte un hueso si tratas de imitarlos. Es preferible quedarse en casa…
3. Los cubanos somos tocones, extremadamente pegajosos, te besamos, te abrazamos y te invitamos a nuestra casa a los cinco minutos de conocerte. ¡Y hablamos sin parar! No no, demasiada alegría junta para tus estándares…
4. ¿Pasear por el malecón de La Habana, ese gran muro de asfalto que te aleja del mar? ¿Y si viene una ola y te moja? ¿Cómo vas a encontrar rápidamente una peluquería donde secar tu cabello?
5. ¿Hacer un viaje tan largo para disfrutar de la rumba en el Callejón de Hammel? ¿Y ver todo desde un solo punto de vista, el que con suerte lograste, porque al Callejón va demasiada gente? No, gracias ¡Si en Youtube hay muchísimos vídeos y verlos es gratis!
6. Pasarás calor y te verás obligado a tomar mucha cerveza bien fría, Cristal preferentemente, y ya sabemos cómo engorda… Luego de que te has metido once meses en el gimnasio en tu país para entrar en tu bikini, ¿cómo tirar tanta plata por la borda?
7. Y esos carros americanos que aún circulan en las calles no te parecen nada pintorescos… Si ahora hay autos que hasta se parquean solos.
8. ¿Y para qué volar tan lejos si puedes conseguir una botella de Havana Club en el negocio de la esquina? Así podrás hacerte tu mojito casero, ahora que las cosas “hechas en casa” son más valoradas…