Si el nacimiento merece una bienvenida digna, la muerte como despedida de este sueño llamado vida merece también un honroso ritual, pues es en ese instante el final de los sufrimientos y los obstáculos. Es, por fin, el momento de descansar y de dejar el camino libre a otros talentos, a otras palabras y a otras experiencias.
No importa quién seas ni qué hayas hecho, también te llegará la muerte. Nezahualcóyotl te lo lo recuerda: