Porque cuando viajamos estamos entregados a la aventura.
Y enamorarse es una de las aventuras que jamás nos cansaremos de experimentar.
Porque no existe la opción de dejar para mañana lo que puedes hacer hoy.
No hay tiempo para futuras citas, ni para dudar si es el mejor momento para darse el primer beso. Un día más puede ser el equivalente a cien kilómetros de separación entre ustedes.