Photo: Pat Hastings/Shutterstock

18 postres valencianos tan increíbles que jamás hubieras imaginado que existían

by Vicent Marco 6 Nov 2018

1. Sopà o sopada


Un postre típico de Aldaya que requiere muchas horas de preparación. Con base de almendra que se deja 12 horas en remojo, el resultado de horas de remover y de tamizar es una especie de “barro divino” que adquiere una consistencia más dura que las natillas. De hecho le puedes dar la vuelta al plato y no se cae. Se suelen acompañar de unos bizcochos caseros que se “sopan” en esta deliciosa receta casi secreta, reservada a celebraciones familiares.

2. Arnadí

Este postre de cuaresma hubiera conquistado a los golosos hobbits de la Tierra Media. Se trata de un postre milenario, es de los más antiguos que se conocen en España, y se cocina al horno a partir de una mezcla de calabaza y azúcar, que posteriormente se decora con almendras y piñones.

3. Coca de llanda

Aquí a los bizcochos los llamamos cocas, y esta tal vez sea la más popular de todas. Recibe el nombre del recipiente ya que se hornea en una “llanda” o rectángulo de aluminio, si bien en Alicante se llama coca boba, y en Castellón coca mal feta. A partir de la receta básica surgen cocas de pasas y nueces, de calabaza, de patata, de manteca, fritas o la coca Cristina. Porque en cuestión de cocas, pocos nos ganan.

4. Buñuelos de calabaza

Los donuts son una copia de los buñuelos, eso es así. Los hay de harina, llamados “de viento”, y los hay también de calabaza, que son los más apreciados en fiestas mayores como las fallas. Suelen mojarse en chocolate y su mordisco esponjoso los convierte en un postre venerado por los valencianos.

5. Cachaps

Casi cada pueblo tiene su dulce típico, y en este caso Paterna tiene un postre único de 1829, los cachaps. Sólo conocen la receta de origen árabe en el horno del Rosario, de casi 200 años de antigüedad, de hecho la tienen patentada. Y allí habrás de acudir para degustar estas pequeñas napolitanas de crema y hojaldre, de las que presumen los los paterneros tanto como de la cordà.

6. Congrets

Estas galletas delicadas típicas de las fiestas de San Miguel en Llíria y de otros pueblos como Catarroja, son ideales para tomar con la horchata o con un vaso de leche. Se pueden aromatizar con aguardiente o anís, pero sea cual sea la receta lo importante es que se deshagan en la boca.

7. Mazapanes de frutas

En Valencia y alrededores se ha instaurado la tradición de regalar el día de los enamorados, el 9 de octubre, un pañuelo repleto de frutas de mazapán. Rememorando la ofrenda de frutas y hortalizas a Jaume I, se realiza ahora la ofrenda a tu enamorada, añadiendo además “piulet” y “tronador”, piezas más grandes de mazapán que representan el ruido de petardos que acompaña a los valencianos en cualquier celebración.

8. Panquemao

Tal vez sea el dulce tradicional más extendido en toda la Comunidad Valenciana, las toñas, panquemados, monas o panous, son unos bizcochos redondos y esponjosos con la corteza oscura, de ahí el nombre. Ahora que se han puesto tan de moda los panetones italianos, es necesario reivindicar este dulce ideal para mojar en leche o chocolate, y que nada tiene que envidiar al de nuestros vecinos transalpinos.

9. Fartons

Alboraya es la cuna de la horchata, por lo tanto no es de extrañar que inventaran un bollo para mojar en su líquido más preciado, y crear así el matrimonio perfecto. El fartón es alargado, ligero y esponjoso y tiene un objetivo, mojarse en la horchata, por ello prácticamente sólo los usamos para eso. Inventado en los años 60 por la familia Polo, ahora los preparan en muchísimos hornos, existiendo incluso la variante hojaldrada. Por cierto, antes se mojaba en horchata coca de llanda o rosquilletas, y la combinación también triunfa.

10. El flaón (flaó)

Típico de Morella, este postre de origen árabe nos recuerda a un empanadilla de boniato, pero en este caso está relleno de requesón y almendras. Unos pastelitos celestiales que se pueden tomar acompañados de algún vino dulce.

11. Pasteles de boniato

Estos pasteles tradicionales valencianos han traspasado fronteras, y en Andalucía se llaman empanadillas de batata. Clásicos de navidad, en la masa de boniato es donde reside la magia de estos bocados tan populares en toda la región.

12. Pilotes de frare (pelotas de fraile)

Son unas bolas rellenas de crema típicas de Castellón. Bombas de sabor sofritas en aceite que en otras partes se conocen como berlinas. Los encontrarás en cualquier horno de la capital de la Plana, y si los pruebas entenderás porqué son tan apreciadas por toda la población.

13. Peladillas


Ya casi no se ven ni en los bautizos, pero las peladillas de Casinos (y Alcoy) se convirtieron en un “must” en bodas, bautizos y comuniones de toda España, e incluso de algunos países de latinoamérica. Se cuenta que los romanos ya hacían estas almendras confitadas sustituyendo el azúcar, aún desconocido, por la miel y la harina.

14. Orelletes

Como su nombre indica se parecen a las orejas, si las haces redondas a las de un humano, si las doblas a las de un equino. Conocidas también como hojuelas, el toque de anís, su textura crujiente y la cubierta de miel son elementos que conquistan todos los paladares.

15. La monjavina o almoixàvena

Dulce típico de muchos pueblos como Almoradí, Xàtiva o Orihuela, de origen árabe y tradicional de la época de cuaresma. Es posible que su aspecto no sea el más apetitoso, pero su sabor mantecado es inconfundible.

16. Rosegones

El nombre de rosegón o rosigón viene del verbo “rossegar”(roer) y hace referencia a la dureza de estos dulces de almendra de doble horneado, y larga duración. Parecidos a los cantuccini italianos o los carquiñols que cocinan en Aragón y Cataluña, el rosegón marida a la perfección con la mistela, no tanto con las dentaduras postizas.

17. Turrón

El duro se llama turrón de Alicante, y el blando de Jijona, donde fabrican los dos, y curiosamente ambos tienen los mismos ingredientes en las mismas cantidades, la elaboración és lo que los hace tan diferentes. Uno de los dulces más internacionales de España, del cual se conoce su fabricación en la zona de Jijona desde hace unos 500 años. Existe incluso un museo del turrón donde podrás conocer todos los secretos de este dulce tan navideño.

18. Coca celestial

Todos los dulces valencianos son celestiales, desde el jenaro de Cocentaina a los pasteles “encarats” de Benifaió, pasando por la casca, el colau de Cullera o los rollitos de anís, pero esta coca se ha ganado el nombre. Con una base de mazapán y frutas confitadas para decorar, la coca celestial es un ejemplo más de nuestra pasión, casi religiosa, por los dulces.

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