Llegué a Ixtapan de la Sal para tomar un curso en un hotel muy bonito. Sin embargo, yo quería conocer más que el all-inclusive en el que iba a estar por cinco días, siguiendo una rutina bastante estricta que no me permitiría casi salir. Así que llegué una noche antes y tuve 24 horas para disfrutar de este pueblo mágico del estado de México, ubicado a solo un par de horas de la CDMX, y cuyo principal atractivo son las aguas termales sobre las que les voy a contar en un ratito.
Llegué a las 21 y comprobé que, durante las noches de la semana, la vida en el centro del pueblo se apaga tempranito. Me gustó ver el zócalo aún decorado para celebrar la Independencia.
A pesar de que ya era tarde, di una vueltita por el pueblo y me sorprendió que la Parroquia de la Asunción de María, ya cerrada, emitiera esta melodía por los altoparlantes. Era como una canción de cuna que le anunciaba a la gente de Ixtapan que ya había llegado la hora del descanso. Así que sin pensarlo mucho, me fui a dormir.
A la mañana siguiente me desperté tempranito y disfruté de una caminata bajo el sol, respirando el aire puro y fresco de esta parte del mundo.
El pueblito me pareció un encanto.
Disfruté mucho del Ixtapan de la mañana, con gente que iba y venía para hacer sus compras o llevar a sus hijos a la escuela. Se me hizo muy alegre y dinámico y, además, ¡me tocó un día precioso!
La Parroquia de la Asunción de María es el epicentro de Ixtapan.
¡Se ve desde todos lados!
Allá donde voy me gusta visitar los panteones. Es interesante ver cómo las diferentes culturas del mundo enterramos a nuestros muertos. Además, los cementerios me recuerdan que, como dice el dicho, soy a la vez reina de la creación y un granito de arena del desierto, y que cada paso que dé en esta vida cuenta y cuenta mucho.
Para desayunar me compré un jugo de zanahoria en el mercado y unos tamales riquísimos de la señora que está justito enfrente de la iglesia (¡Búsquenla! Vale la pena).
Finalmente llegué al Balneario Municipal El Bañito, ubicado en el centro del pueblo, así que es imposible perderte. Aquí hay albercas con aguas termales de distintas temperaturas, incluyendo una con hidromasaje, que te recomiendo fervientemente.
Todas las albercas termales están bajo techo, lo que es muy bueno para que puedas disfrutar de las aguas sin tener que protegerte del sol. También hay albercas de esparcimiento al aire libre, perfectas para los más chicos.
Abren todos los días desde las 6 de la mañana hasta las 8 de la noche. Además, los viernes y sábados tienen un horario especial solo para adultos, de 8 pm a 2 am (sirven alcohol, no sé si la onda llegará a ser más de fiesta que de relax y sanación… habrá que volver y descubrirlo). La entrada cuesta entre 60 y 90 pesos y hay descuentos. También se pueden alquilar vestidores.
Allí conocí a una pareja de maestros jubilados super amables que se habían instalado en Ixtapan cuando dejaron de trabajar y quienes, todas las mañanas religiosamente, venían dos horas a las aguas termales. Ellos me contaron que ese mismo día, el 27 de septiembre, se iba a llevar a cabo en el pueblo vecino de Tonatico el desfile celebratorio de la Independencia (el 27 culminó la guerra de la Independencia). Sin dudarlo, tomé un taxi (hay muchos a la salida del balneario) y me fui para allá.
El desfile duró mucho tiempo y, si bien no terminé de entender quiénes eran todos los personajes, disfruté mucho de la alegría popular, del colorido y de la música.
Comí unas gorditas (mis amigos de las termas me recomendaron muy especialmente las gorditas Neli, en la calle Hidalgo 2), y ya tuve que regresarme a Ixtapan para comenzar con mi clase.
Por lo poco que vi, creo que Tonatico bien merece otra visita.
Esta vez no fui al pueblito de Tecomatepec, pero la próxima lo hago seguro. La artesanía de barro típica me parece lindísima.
Para alojarse en Ixtapan de la Sal hay opciones para todos los gustos y para todos los bolsillos: casas de huéspedes, hostales y bungalows. Fui a ver los Bungalows Lolita, para programar mi próxima visita en familia, y me gustaron mucho. Para presupuestos más holgados, hay hoteles que tienen sus propias aguas termales (algunos permiten el uso diario de los balnearios). Yo me alojé en una casita de airbnb en la que estuve muy cómoda. Mi curso tuvo lugar en el Hotel Ixtapan y me gustó muchísimo. Su personal es amabilísimo, realmente, y toda la estadía fue muy placentera.
El Parque Acuático Ixtapan es perfecto para toda la familia, ya que hay juegos y también un balneario termal. ¡De más está decir que mi próxima visita será con mis hijos!
Te debo alguna recomendación para comer en Ixtapan… Es que ya no tuve más tiempo de pasear y tuve que meterme en “el claustro”, como les digo cariñosamente a estas clases. Pero ya bien sabes que en México, llegues donde llegues, siempre habrá algo rico para comer. ¡Qué disfrutes de tu paseo!