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El quetzal en México: de la adoración a la depredación

México
by Xiu 16 Mar 2020

Hoy a contarte sobre el quetzal en México, esa ave espectacular cuyo plumaje colorido y fastuoso era reservado en tiempos prehispánicos y sólo se utilizaba para ornamentar el atuendo de nobles y sacerdotes, y hoy en la actualidad se encuentra en peligro de extinción (NOM-059-Semarnat-2010).

 

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El quetzal (Pharomachrus mocinno) es considerada el ave más hermosa del continente americano y su plumaje tornasol avala totalmente dicha opinión. Su pequeño cuerpo es de 35 centímetros con tonalidades entre el verde y el azul y el rojo en su pecho, seguido de una cola de hasta noventa centímetros de largo.

Pertenece a la familia de los trogones, en la cual hay nueve especies ubicadas en territorio mexicano y viven generalmente solas o en parejas y no en parvadas, como otras aves. En México se encuentran en los Altos de Chiapas y, en Guatemala, entre sus bosques de niebla. Sus alimentos predilectos son los aguacates, los insectos y algunos pequeños invertebrados.

 

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Los quetzales anidan en los huevos de los troncos de los árboles podridos, o incluso llegan a ocupar los nidos abandonados de otras aves. Su cortejo es simplemente impresionante y se lleva a cabo entre los meses de febrero y marzo, cuando los machos dibujan muy variadas acrobacias en el aire para atraer a las hembras, lo que da la impresión de estar viendo una serpiente voladora.

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Una vez convertidos en pareja, la hembra pone dos huevos de una tonalidad azul y es tarea de ambos la incubación.

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El quetzal entre los sociedades prehispánicas:

Quetzal proviene del vocablo náhuatl quetzalli, que se traduce como “precioso”. En aquella cultura, esta ave estaba relacionada con Quetzalcóatl, mientras que entre los mayas estaba ligada a Kukulcán.

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El quetzal en México ha sido considerado un símbolo de abundancia, vida y fertilidad, y sus plumas fueron motivo de ornamento en penachos, estandartes y en general en la vestimenta de la nobleza maya y mexica especialmente.

Para obtener las plumas del quetzal, sin embargo, no se lo sacrificaba. De hecho, cazarla ameritaba la pena de muerte, así que solamente era posible conseguir las plumas de un ave viva, ya sea recogiendo las que estaban tiradas en el suelo, o desprendiéndolas de su cola.

Un ejemplo de la utilización de las plumas del quetzal es el famoso penacho de Moctezuma (quetzalapanecáyotl), que formó parte de los regalos que el tlatoani le envió a Cortés en su llegada a Anáhuac. Dicho quetzalapanecáyotl se encuentra hoy en día en el Museo Etnológico de Viena en Austria, donde puede apreciarse su magnificente entramado de 222 plumas de cuatro aves diferentes, entre las que destacan las del quetzal, que llegan a medir hasta 55 centímetros de largo.

 

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En el Museo Nacional de Antropología puedes ver una una réplica exacta de dicho penacho que, te aseguro, te va a impactar.

Tristemente, el quetzal en México pasó de ser un ave muy apreciada en el pasado a ser una en peligro de extinción, pues además de los depredadores naturales como la tucaneta verde y algunos mamíferos nocturnos como las ardillas búhos, halcones y aguilillas, el ser humano se ha empeñado en darles caza.

 

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Por lo anterior, se ha tratado de criarlos en cautiverio, lo cual ha resultado bastante complicado, pues los quetzales difícilmente se adaptan a la vida en los criaderos. Aunado a esto, casi el 70 por ciento de su hábitat natural ha desaparecido, lo que prácticamente ha condenado a esta bella ave a la extinción. De este triste modo es que un ave sagrada pasa de la adoración a la depredación… 

Fuente:
“El quetzal”, Eugenia Pallares Arqueología Mexicana.

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