¿Quién fue Francisco Toledo? Toledo fue uno de los artistas plásticos más importantes del último siglo en México y en el mundo. Nació en la Ciudad de México en 1940 pero siempre se identificó como juchiteco y mantuvo un gran compromiso como representante de la identidad y la cultura oaxaqueña. Sus obras son una interpretación muy personal de la naturaleza y el folclor de la zona del istmo y le han valido comparaciones con personajes del renombre de Pablo Picasso. Fue parte del movimiento modernista mexicano y probablemente la figura pública más emblemática y reconocida de Oaxaca en los últimos cincuenta años. Con ustedes, el Maestro, Francisco Toledo.
¿Quién fue Francisco Toledo? Conoce al artista más famoso de Oaxaca
Toledo el artista plástico
Francisco Toledo inició su formación artística durante la adolescencia y antes de cumplir los veinte años fue descubierto por Rufino Tamayo. Tamayo ayudó a Toledo en sus inicios, comprando algunas de sus obras y poniéndolo en contacto con galerías y coleccionistas de arte. Cuando Toledo salió de México rumbo a Europa en 1960, fue Tamayo el que lo ayudó económicamente, lo que le permitió integrarse a la escena parisina durante cuatro años y sumarse a las últimas huestes del movimiento surrealista. Durante esta época también fue muy cercano a Octavio Paz quien le facilitó la entrada al círculo intelectual de París y con quien rompió relaciones después de huir a Mallorca con Bona Tibertelli, el interés romántico en turno de Paz. Toledo regresó de su estancia en Europa con reconocimiento internacional y una visión compleja que marcaría el resto de su trayectoria artística.
Aunque Toledo se asumía principalmente como pintor, sus obras incluyen grabados, collages, cerámicas, esculturas e intervenciones de los más diversos tipos. Se podría decir que cada acto de Francisco Toledo tenía un trasfondo artístico, sin importar que sus resultados fueran permanentes o efímeros.
Toledo decía que su arte era una mezcla de todo lo que había visto con cosas que no sabía de dónde venían. Su formación lo convirtió en un artista cosmopolita con una visión muy local, una visión llena de la cosmogonía zapoteca de Oaxaca. En el ámbito internacional, comenzó a hablarse mucho del artista oaxaqueño que parecía ser la respuesta mexicana a Picasso, un artista que juntaba la modernidad con el mundo oculto detrás de lo oaxaqueño y lo mexicano. Sobra decir que esta combinación fue fascinante y fue el detonante de la fama internacional que estableció a Toledo como “el artista plástico contemporáneo más importante de México”.
Una gran oportunidad para adentrarse en el universo artístico de Francisco Toledo se es la exposición Toledo ve, que estará en el Museo Nacional de Culturas Populares en la Ciudad de México hasta el 29 de septiembre de este año.
Toledo el benefactor de Oaxaca
Francisco Toledo fue un gran difusor y promotor de la cultura y las artes del estado de Oaxaca. Sus proyectos han tenido gran influencia en el establecimiento de museos, casas de cultura y escuelas, pero en ocasiones han transformado por completo la dinámica de las comunidades oaxaqueñas. Este es el caso de San Agustín Etla, una pequeña comunidad a las afueras de la capital del estado en la que se siente claramente la influencia del artista.
En San Agustín Etla, Toledo recuperó el espacio ocupado por una vieja hidroeléctrica para fundar el Taller Arte Papel Oaxaca en 1997. Posteriormente se involucró en la recuperación de la antigua fábrica de Hilados y Tejidos La Soledad para fundar el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), un espacio que promueve la iniciación artística y en el que todas las actividades giran alrededor del aprovechamiento sustentable de los recursos naturales y la atención a la comunidad (CaSa es considerado el primer centro de las artes ecológico en Latinoamérica). Además de estos grandes proyectos, Toledo se involucró en la construcción del Telebachillerato Comunitario local y en el mejoramiento de la infraestructura del pueblo. De hecho, una de las últimas obras hechas por el artista —una cruz que asemeja el tronco y las ramas del pochote— se encuentra en el atrio del templo de La Soledad.
Algunas de las instituciones en las que la influencia de Toledo fue determinante son el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, la Casa de Cultura de Juchitán, el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, el Jardín Etnobotánico de Oaxaca, el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, la Fonoteca Eduardo Mata y la Biblioteca para ciegos y débiles visuales Jorge Luis Borges. Aunque en el mundo existen muchos artistas comprometidos con causas sociales, una labor como la que Toledo realizó en Oaxaca es algo único.
Toledo el activista
La labor de Toledo por la defensa de la cultura oaxaqueña lo llevó en más de una ocasión a los terrenos de la protesta social, cosa que se le daba muy bien y que en algún momento lo puso frente a frente con la cadena de hamburguesas más famosa del mundo. Este enfrentamiento empezó con la iniciativa de abrir un nuevo local de hamburguesas en el centro histórico de la ciudad de Oaxaca en 2002. Al enterarse de semejante cosa, Toledo envió una carta a los directivos de McDonalds en la que expresaba que uno de sus restaurantes en el centro de la ciudad de Oaxaca atentaba contra el patrimonio cultural de los oaxaqueños y era un insulto para la identidad indígena del estado.
Como una carta nunca es suficiente, Toledo puso manos a la obra y organizó una tamaliza en pleno zócalo de Oaxaca —precisamente frente al lugar donde se pensaba abrir el nuevo McDonalds— para recordarle al pueblo oaxaqueño el valor de su comida y rechazar la entrada de la transnacional. Los tamales, el tejate y la música atrajeron multitudes y la atención de medios nacionales e internacionales. Después de unos meses, aquella tamaliza simbólica se impuso frente a las hamburguesas y el proyecto del nuevo McDonalds fue cancelado.
Francisco Toledo siempre estuvo comprometido con la defensa de los pueblos indígenas, luchó por la conservación de la diversidad y el medio ambiente de Oaxaca, fue una figura de gran importancia en la defensa del maíz y tuvo gran influencia en la situación política y social de Juchitán. Como parte de uno de sus actos de activismo social más famosos de los últimos años, Toledo diseñó 43 papalotes que correspondían a cada uno de los estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa y los voló por las calles de Oaxaca. En una entrevista para El País, Toledo señaló que “como a los estudiantes de Ayotzinapa los habían buscado ya bajo tierra y en el agua, estaba enviando los papalotes a buscarlos al cielo”.
Descanse en paz, Francisco Toledo.