Photo: dezy/Shutterstock

13 razones por las que deberías acampar al menos una vez en la vida

by Piero Vásquez 31 Jan 2017

Empieza un nuevo año (el 2017 occidental, y el año del Gallo de Fuego chino) y con él nuevos retos, deseos y metas. Muchos acostumbramos a colocarnos propósitos para cumplir durante el año, como hacer dietas, dedicar más tiempo a nuestras amistades, tener hijos, hacer algún estudio… y viajar más, por supuesto. ¿Y qué tal si este año viajamos de una manera diferente? ¿No sería genial, al menos por una vez en la vida, cambiar edificios y concreto por un contacto directo con la naturaleza? Más allá de los miedos (a la oscuridad, a estar sucio, a los animales silvestres) o cualquier otro “pero”, acampar puede ser una de las mejores experiencias de tu vida. Veamos por qué.

1. Ahorrarás mucho, pero mucho dinero.

Acampar es la vacación más económica que pueda existir. No pagas hotel, no pagas comida en restaurante, y simplemente te encargas de satisfacer las necesidades básicas de dormir en una carpa y comer cocinando al aire libre.

2. Tendrás los mejores amaneceres de tu vida, siendo despertado únicamente por la luz del sol, el cantar de los pájaros y el sonido del río, si estás cerca de uno.

Esto sólo podrá competir con la belleza de los atardeceres ;)

3. Tu cuerpo se sentirá “vigorizado” y podrás pensar con mayor claridad.

Encontrarás que salir al aire libre, y acampar en específico, mejorará tu salud física y mental en formas que nunca habías pensado. Muchos estudios científicos demuestran lo bien que nos hace, emocional e intelectualmente, entrar en contacto con la naturaleza.

4. Tendrás historias y recuerdos increíbles con tu familia o amigos.

Acampar es una de las mejores maneras de reforzar lazos en cualquier relación humana que tengas. Yo por ejemplo, tengo recuerdos imborrables de cuando acampaba de niño con mi familia… cosas que ningún videojuego jamás podrá reemplazar. También tengo la suerte de haber podido acampar con amigos, con las miles de anécdotas que nacen de este tipo de experiencias compartidas.

5. Aprenderás miles de cosas nuevas y prácticas.

¿Alguna vez deseaste aprender a cocinar en una fogata o sobre piedras? ¿Qué hay de navegar en canoa o kayak? ¿Crees que podrías armar una carpa e ingeniártelas para sobrevivir a una noche de tormenta? ¿Sabes cómo se siente nadar en un río o un lago de agua cristalina? Estoy seguro de que acampando aprenderás alguna de estas cosas y más.

6. Tendrás una mejor visión… casi casi como la de un gato.

Aunque suene algo loco, acampar te abre los ojos, literalmente. Rápidamente aprendes a ver y a caminar en la oscuridad, cosa a la que no estamos acostumbrados, ya que siempre estamos con luz eléctrica en nuestras casas. Es probable que también se agudice tu equilibrio y tu sentido del oído y del olfato.

7. Conseguirás un momento solo para ti, desconectado de todos los aparatos electrónicos.

Si bien el teléfono, las tablets o las computadoras son muy útiles y forman parte de nuestra vida diaria, a veces estamos tan absorbidos por estos “aparaticos” y su realidad virtual, que nos olvidamos de todo el mundo real que existe allá afuera esperando a ser explorado. De todas maneras, no desesperes. Cada vez hay más cargadores solares que puedes llevar para mantener tu teléfono con batería cuando acampas (y también muchos campings suelen tener electricidad).

8. Conocerás paisajes espectaculares que no sabías que existían (aún cerca de la ciudad donde vives).

No sólo se trata de ir a acampar a los Himalayas o a Tailandia. Especialmente en América Latina, puedo afirmar que hay lugares espectaculares plagados de naturaleza cerca de las ciudades. Sin siquiera tener que pagar un ticket de avión, atrévete a descubrir montañas, ríos y lagos cerca de donde vives.

9. Descubrirás nuevos sabores y la comida te sabrá mejor, por dos razones…

En primer lugar, cuando acampes probablemente querrás probar nuevas recetas, como los famosos malvaviscos o simplemente un huevo hecho sobre una piedra caliente. Además, con todas las actividades y el esfuerzo físico que harás durante el día, cuando llegue la hora de la comida estarás extremadamente cansado y hambriento, por lo que te acordarás de la frase que dice que “la mejor salsa es el hambre”.

10. Mejorarás tus habilidades narrativas contando historias alrededor de las fogatas.

Para los que crecimos en los 90s, ¿se acuerdan de la serie “¿Le temes a la oscuridad?”? Un grupo de amigos se sentaban alrededor de una fogata a contar historias de suspenso y miedo. En mi opinión, realmente vale la pena abandonar un rato las complejas historias audiovisuales a las que estamos acostumbrados, y volver a algo tan tradicionalmente humano como sentarse alrededor del fuego y compartir historias (verdaderas o falsas, o algo entre ambas cosas).

11. Conocerás aspectos profundos de tus seres queridos (familiares, pareja o amigos).

Como dice Laura Lazzarino, cuando uno está en una carpa no puede dar un portazo. Es un gran momento para hablar largo y tendido, entenderse, y si hace falta, reconciliarse también.

12. Dormirás como un bebé.

¿Tienes problemas para dormir? ¿Sueño liviano o insomnio? Entonces acampar te caerá como un baño caliente a un bebé. La combinación del cansancio del día con la verdadera oscuridad de la noche, garantizará un sueño reparador como el que pocas veces habrás tenido.

13. Y si no puedes dormir, será porque te quedarás embobado viendo “el techo”…

Es decir, el cielo nocturno lleno de miles de brillantes estrellas. Nada más ni nada menos.