México es tan grande que en su territorio caben 27 países europeos, y es tal nuestra diversidad cultural que es casi imposible conocerlo todo en una sola vida. Sin embargo, el México de hoy se encuentra mucho más homogeneizado que hace algunos cientos de años, antes de la llegada de los españoles, cuando aún se dividía en reinos e imperios, cada cual con su propia cultura, su lengua y su modo de vida.
En otros artículos te hemos hablado de mexicas, mayas y wixarika, pero, ¿que otros pueblos co-existían antes de la invasión europea? A continuación te presentamos algunos de los más representativos. Y digo “algunos” porque fueron más de 100.
Para ponerte en contexto, ya te hemos contado de los mexica. Eran el imperio más poderoso del actual territorio mexicano, con su ciudad capital México-Tenochtitlan, que flotaba sobre un lago y que era cinco veces más grande que Sevilla y tres veces más grande que la Londres de aquel tiempo.
Pero todo gran imperio tiene enemigos y, en el caso de los mexica, eran bastantes, pues a base de guerras de conquista lograron someter a muchos reinos pequeños. Los que no fueron sometidos se mantenían en alerta para repeler los ataques del ejército imperial. Los más grandes rivales de los mexica fueron los tlaxcaltecas y los purépecha.
Los tlaxcalteca fueron un pueblo nahua que sufrió algunos bloqueos económicos y arrebato de las rutas comerciales por parte de los mexica, lo que les orilló a organizarse de forma diferente a la acostumbrada por los nahuas pues, al estar a la expectativa de una repentina invasión, tenían que estar preparados para tener cubiertos varios frentes. Por ello se organizaron para fundar sus ciudades por pasos inaccesibles para los extranjeros, para así poder tener la ventaja sobre el enemigo.
Los tlaxcaltecas mantuvieron una relación de enemistad y cordialidad con los mexica, pues se dice que los mexica pudieron haber acabado con ellos fácilmente. Sin embargo, prefirieron pactar con ellos un trato que consistía en llevar a cabo una serie de guerras para agradar a los dioses. Estas fueron las llamadas “guerras floridas”, a las cuales ambos imperios enviaban a sus mejores guerreros.
Tlaxcala fue el aliado más poderoso con el que contó la corona española para su expansión por el actual territorio mexicano.
Por otro lado estaban los purépecha, quienes ocuparon la región del actual estado de Guerrero, Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Colima y el Estado de México, lo que los convertía en un poderoso rival. No solo eso, sino que además dominaban el metal, por lo que los mexica fueron derrotados siempre que intentaron conquistarlos, ya que ellos seguían utilizando la obsidiana.
La lengua de los purépecha es una de las más misteriosas, pues no se ha encontrado una semejanza con las lenguas de los reinos cercanos, lo que significa que es un idioma totalmente independiente de las demás que se hablaban en aquel tiempo. Su capital fue Tzintzuntzan, que significa “lugar de los colibríes” y se caracterizó por sus construcciones piramidales en forma de “T”. Además fueron excelentes pescadores y navegantes, así como los mejores orfebres.
Al ser el segundo mayor imperio de Mesoamérica y el más grande rival de los mexica, decidieron -al ver caer a sus enemigos-, jurar lealtad a la corona española y así evitar la masacre de su gente. Esto no fue del todo benéfico, pues Nuño de Guzmán, en 1529, arremetió contra ellos y, después de una serie de batallas, fueron sometidos por la fuerza.
Al sureste se encontraba el reino de los ben’zaa, que significa “pueblo de las nubes” y que todos conocemos como zapotecas, que en náhuatl significa “pueblo del zapote”.
Ellos desarrollaron una gran civilización que heredó sus conocimientos de los olmecas. Supieron crear sus propios calendarios y su sistema de escritura, pero sin duda alguna su más grande logro es su gran planeación urbana que les permitió construir de forma muy organizada sus ciudades, volviendolas menos vulnerables ante las catástrofes naturales.
Sin embargo, fueron absorbidos por los mixteca, con quienes alguna vez lucharon hombro a hombro contra los mexica.
El imperio que absorbió a los ben’zaa fue el reino de Ñuu Dzahui (mixteco), con su capital Coixtlahuaca, un reino con grandes avances, similares a los de sus rivales del norte en filosofía, religión, política, tecnología y artes, que bien le valieron la guerra con los mexica. Llegaron a florecer como un reino con gran capacidad económica, muy digno de conquistarse.
Para ellos solo existieron tres clases sociales, la de los gobernantes YYA TNUHU, la de la nobleza TAY TOHO y la gente común TAY YUCU. Su progreso se puede apreciar a través de sus códices, sus monumentos, sus murales, su religión, sus calendarios y su increíblemente efectivo sistema económico de mercados regionales y el comercio a larga distancia.
Más al sur, los mayas consolidaban una confederación de reinos independientes que compartían una misma raíz, pero que se administraban en completa autonomía. Se extendía desde los estados del sur de México y por toda América central, entre las selvas y los mares.
Los mayas, como ya te hemos contado, fueron los herederos de los conocimientos olmecas, un extinto reino desaparecido mucho antes de que existieran los antes mencionados, y alcanzaron como civilización.
A la llegada de los españoles, aquel gran reino se encontraba fragmentado y en decadencia, por lo que para el ejército invasor fue sencillo someterlo.
Más al norte y por la costa del golfo de México, se encontraba el reino totonaca, que era tributario de imperio mexica y que se encontraba en decadencia. Su reino se extendió desde el actual Papantla, por Xalapa y hasta Cempoala, lo que se conoció como “Totonacapan”.
Para mala fortuna del Totonacapan, los mexica irrumpieron en escena cuando ellos se encontraban en su apogeo, por lo que fueron sometidos, lo que limitó su expansión y desarrollo. Así fue que, cuando llegó Hernán Cortés, ellos vieron en él a un aliado y no a un enemigo, lo que fue cierto a medias, pues a pesar de contar con el apoyo de los españoles, las enfermedades traídas por estos diezmaron su población y su decadencia fue más brutal de lo que seguramente habría sido con los mexica.
Mucho más al norte, en el desierto, también se desarrollaron muchos y muy diversos pueblos, que no se consolidaron como grandes fuerzas económicas o militares, por lo que no fueron muy tomados en serio por ninguno de los grandes reinos, ya que eran considerados gente salvaje e incivilizada.
Tal vez notes que faltaron en esta lista pueblos como los hñä-hñü, los xochimilcas, los chichimecas, los kitse cha’tnio, los hamasipini o los Tohono o’tham. Sin embargo, no es por que no fueran importantes, sino porque ellos eran parte de los pueblos que conformaban las conquistas de los grandes reinos.
¿Qué te parece eh? Tal vez al leer esto creas que hablar de reinos e imperios es exagerado, pero recuerda que España cuenta con un territorio cuatro veces menor que que el mexicano, y que albergaba cinco reinos diferentes antes de consolidarse como imperio.
Ahora haz cuentas: si México mide cuatro veces más y multiplicamos los cinco reinos de España por cuatro, nos da un total de veinte reinos que fácilmente pudieron ocupar el actual territorio mexicano. Vista así, la información que hoy te traigo no suena tan descabellada, ¿verdad?