Cuando nacen los guerreros, no vienen a este mundo al igual que los demás mortales. Desde el momento de su concepción, la guerra se hace presente a través de las palabras de su madre y los relatos de su padre, sus armas esperan ya en los campos de batalla y una nación completa espera el merecimiento de sus heroicas proezas.
Así era el nacimiento de un bebé en el mundo mexica, donde antes de ver la luz los cuidados del guerrero llegaban por obra de las parteras, quienes procuraban la salud de su madre.