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Los 38 souvenirs que debes comprar en Europa (uno por país)

Europa
by Ana Bulnes 13 Sep 2019

Un viaje por Europa no puede acabar sin unos cuantos souvenirs en tus estanterías o las de tus amigos y familiares. Pero mejor si no son objetos made in China o las típicas camisetas. Huye de las tiendas de souvenirs que son iguales en todas partes y busca la artesanía local. Esto es lo que debes buscar en cada país.

1. Portugal: artesanía de corcho


En Portugal son grandes productores de corcho y lo verás en sus tiendas de recuerdos y artesanía. Bolsos, adornos, zapatos, carteras… Todo muy bonito, artesanal, de diseño y perfecto para llevarte a casa o de regalo.

2. España: abanico hecho a mano


Como persona del norte no estoy muy familiarizada con el mundo abanico, pero sí es más habitual en otras partes de España, donde existe aún la posibilidad de comprarlos artesanales y únicos. Si vuelves a casa con uno, apréndete el lenguaje del abanico para ir siempre preparado.

3. Francia: queso


Si no te gusta el queso y no quieres que su olor se convierta en el de la maleta, puedes optar por el vino, pero no es lo mismo. Francia es el país de los mil quesos y no el de los mil vinos. Camembert, brie, emmental, raclette… Claro que también puedes ir a por la combinación mágica: queso y vino. La boina a juego es opcional.

4. Reino Unido: té

Aceptar que lo más típico británico es en realidad algo que trajeron de otro lugar del mundo es casi lo más británico que puedes hacer. Y nada como el té, traído de sus colonias en la India y adoptado como costumbre nacional. Puedes comprarlo en el supermercado o en una tienda especializada, dependiendo un poco de cuánto quieras gastar.

5. Irlanda: jersey de Aran

El típico regalo o autorregalo que hará a quien lo lleve recordarte con cariño (si eres tú mismo hará que te quieras un poco más). ¿Cómo no sentir un poco de amor cuando estás calentito y a gusto? Se cree que se empezaron a popularizar en el continente cuando allá por 1900 las habitantes de las islas Aran empezaron a comercializarlos (eran tradicionales de sus pescadores) para tener más ingresos.

6. Islandia: lopapeysa


Lopapeysa son los típicos jerseys islandeses con ese diseño tan reconocible en la parte superior. Usan lopi, un tejido no hilado hecho con lana de ovejas islandesas que aísla un montón y protege del frío. Estos jerseys, los lopapeysa, empezaron a producirse a principios del siglo XX y se popularizaron tras la independencia en 1944.

7. Italia: cuero

Florencia es la capital del cuero desde la Edad Media, pero enseguida te darás cuenta de que hay artesanos (e industria) del cuero por todo el país. Como todo lo que es muy grande y popular tiene un lado oscuro, así que aquí más que nunca busca a los pequeños artesanos, esos que te pueden contar la historia de cada cosa que te venden.

8. Suiza: reloj de cuco


¿Es un topicazo? Sin duda, pero si tienes que comprar un reloj de cuco, este es el lugar en el que hacerlo. ¡Y eso que los relojes de cuco son un invento alemán! Los típicamente suizos son los que representan una casa suiza (los alemanes suelen representar escenas de caza). Los artesanales de verdad son caros, pero siempre puedes optar por uno más pequeño y económico.

9. Alemania: adornos de Navidad


En general por Europa hacen muy bien la Navidad, pero los alemanes son expertos en adornos de lo más variados para decorar el árbol y nuestras casas. Da igual cuándo vayas: las tiendas especializadas en adornos navideños son más comunes de lo que piensas.

10. Luxemburgo: Péckvillercher

Hay varios países europeos que tienen la tradición de fabricar pequeños silbatos de cerámica en forma de pájaro, y Luxemburgo es uno de ellos. Lo típico es comprar un péckvillercher el lunes de Pascua en el festival Émaischen, pero puedes conseguirlo aunque no sea esa fecha.

11. Bélgica: chocolate

Aunque solo sea por comprobar si el chocolate belga se merece su fama, llena bien tu maleta con él. Puedes también ir catándolo por distintas tiendas para asegurarte de que te llevas el mejor.

12. Países Bajos: zuecos


Pues claro. Si vas a comprarte unos zuecos, que sea en los Países Bajos. Quizá no sean lo más cómodo para la vida moderna, pero tienes opciones que no implican tener que usarlos como calzado. Puede ser un zueco en miniatura que te haga de llavero o incluso alguno que luego reutilices como maceta. ¡Usa tu imaginación!

13. Austria: Mozartkügeln


Mozart era austríaco, algo que ya nunca olvidarás si visitas Austria. Aunque puedes visitar su casa en Viena, es en Salzburgo donde su presencia es casi agobiante. Los Mozartkugeln, unos bombones de mazapán y licor, los venden en todas partes, eso sí. No le gustan a todo el mundo, pero si tu paladar es de los que los aprueban (como el mío), no te cansarás.

14. República Checa: marionetas

La tradición checa del teatro de marionetas es patrimonio inmaterial de la humanidad. En la República Checa es imprescindible asistir a alguna representación, pero también llevarte uno de los muñecos a casa. Como siempre, busca los artesanos y únicos, porque también hay muchos que en realidad están hechos en China.

15. Eslovaquia: šúpolienky

Las šúpolienky son muñecas de maíz: hechas a mano con las hojas que envuelven las mazorcas, suelen representar escenas cotidianas rurales. Puedes comprar más artesanía de maíz, muy típica en Eslovaquia, pero entre las šúpolienky es donde encontrarás mayor variedad y atención al detalle.

16. Polonia: diseños ostálgicos

Esto te lo encontrarás en muchos países que pertenecieron a la Unión Soviética. La ostalgie, un juego de palabras entre ost (este en alemán) y nostalgia habla de ese sentimiento nostálgico de la era soviética que tiene alguna gente. En el mundo del diseño es bastante fuerte (y no tan polémico como si hablas de verdad de lo político) y no es raro encontrar cosas como juegos de café o muebles o lo que quieras con un diseño claramente retro.

17. Eslovenia: encaje de Idria

El souvenir perfecto: no ocupa espacio, no pesa y no se rompe. Idria es una localidad eslovena en la que llevan siglos haciendo este tipo de encaje, caracterizado por sus patrones. Lo encontrarás no solo en Idria (Idrija en esloveno), sino en todo el país. En verano, además, celebran un festival de encaje en el que podrás ver cómo se hace.

18. Hungría: bordado matyó

El arte popular del bordado de la comunidad matyó está inscrito en la lista del patrimonio cultural inmaterial de la Unesco. Se trata de unos bordados con motivos como rosas, peonías o pájaros de colores con los que la comunidad matyó adorna sus trajes tradicionales.

19. Croacia: productos de lavanda

Mucho se habla de la Provenza francesa y poco de Croacia cuando tenemos que imaginarnos campos de lavanda. La isla de Hvar es el epicentro croata de la lavanda, pero puedes verla y olerla por toda la costa y comprar productos derivados en todo el país.

20. Bosnia y Herzegovina: juego de café

Aunque la cultura del café se desarrolló en Bosnia y Herzegovina al estar bajo dominio turco, el café bosnio no es café turco. Tienen su propio ritual y ceremonia, sus propios modos, su propio arte. Volver del país con un juego de café nuevo es perfecto para acordarte ya de vuelta en casa que el café hay que beberlo despacio y disfrutando la experiencia.

21. Montenegro: kapa

La boina tradicional de Montenegro es roja y negra y se llama kapa. El negro simboliza lo bonito del pasado y el rojo la sangre derramada cuando estuvieron bajo dominio otomano. Para llevarla en tu día a día hace falta mucha personalidad y quizá sea también un poco apropiación cultural, así que limítate a colgarla en una pared como recuerdo del viaje y lo que aprendiste en él.

22. Albania: kilim

Bueno, vale, igual volverse con una alfombra no es lo más práctico a la hora de hacer la maleta y todo eso, pero si encuentras la forma de hacerlo, hazlo. Los kilim son alfombras hechas a mano y en las que suele predominar el color rojo. Son también caras, eso sí.

23. Grecia: kombolói

Parece un rosario, pero no lo es. El kombóloi lleva siglos entre las manos de los griegos, que recorren sus cuentas un y otra vez, pero si alguna vez tuvo un significado religioso, ahora ha desaparecido. Era símbolo de poder en manos de los conquistadores turcos, pero en el siglo XIX se extendió al resto de la población. Ahora es perfecto accesorio antiestrés y sustituto del cigarro si estás intentando dejar de fumar.

24. Macedonia del Norte: bordados tradicionales


Con siglos y siglos de tradición, los bordados macedonios van más allá de flores u hojas y sus motivos, presentes también en petroglifos y pinturas prehistóricas, beben de la mitología y el culto a los dioses. Negro, rojo y amarillo y patrones geométricos con una importancia que va más allá de lo estético.

25. Serbia: corazón licider


Verás estos corazones de jengibre en todas partes y de todos los tamaños. Tradicionalmente, los hombres se los daban a las mujeres para mostrarles su aprecio. Ahora, en realidad, cualquiera se lo puede dar a alguien a quien quiera. Un gran souvenir, dulce y rico.

26. Bulgaria: martenitsa


Son una tradición típica de marzo: el día 1 la gente intercambia estos adornos de lana roja y blanca, que debes llevar colgados todo el mes o hasta ver una cigüeña. En ese momento, toca colgarlos de un árbol que esté empezando a brotar.

27. Rumanía: huevos pintados

Pintar huevo de Pascua es una tradición que está muy viva en muchos países de Europa. Rumanía no es una excepción y, especialmente en la región de Bucovina, han convertido la tradición en un arte. Los colores y las formas tienen su significado, así que, si quieres comprar el huevo perfecto, pregunta.

28. Moldavia: buzdugan

No lo lleves en el equipaje de mano. Esta arma se usaba mucho en la Edad Media. Ahora, afortunadamente, es simplemente un elemento decorativo. Es, normalmente, de madera, aunque se dice que el rey tenía su buzdugan de plata y su buzdugan de oro.

29. Ucrania: motanka


Antiguamente, las mujeres ucranianas hacían estas muñecas como amuleto cada vez que se acercaba un acontecimiento importante y para proteger a sus hijos de los espíritus malignos. No tienen cara porque si algo tiene cara, tiene alma, y un alma puede ser buena o mala. Imagina que le regalas a tu hijo una motanka de alma malvada. Mejor sin cara.

30. Bielorrusia: artesanía de paja


La encontrarás por todas partes y de mil formas. Usar la paja para hacer figuras y objetos es algo que se hace en Bielorrusia desde que tienen memoria, aunque vivieron una época dorada en los siglos XVIII y XIX. Ahora se está recuperando de nuevo, con muchos artistas jóvenes incorporando su visión de un arte milenaria.

31. Lituania: ámbar


No solo aquí; el ámbar es muy popular por esta zona de Europa, pero en Lituania en particular su industria está bastante desarrollada. Fue destruida tras la primera guerra mundial, pero resucitó, y lo mismo durante la segunda. Los lituanos llaman al ámbar su oro y hacen mucha artesanía y joyería con él.

32. Letonia: cinturón de Lielvārde

Estos cinturones, normalmente rojos y blancos, se usan en el traje tradicional de la zona de Lielvārde. Miden unos tres metros de largo, así que hay que enrollarlos en la cintura con varias vueltas. Hay muchas teorías sobre ellos y su simbología, y leyendas como que si vas tocando los distintos motivos del cinturón, el que notes más cálido es tu símbolo personal.

33. Estonia: artesanía de madera de enebro

No es que en Estonia haya muchísimos enebros, pero por alguna razón se han volcado en trabajar su madera: figuritas, utensilios de cocina, cajas, adornos… Quedan bien y huelen mejor.

34. Finlandia: Marimekko


Marimekko es una marca finlandesa de diseño que forma parte de la identidad nacional casi tanto como Nokia. De manteles a monederos, pasando por cojines y prendas de ropa, tienen casi de todo. Si llevas algo de la marca visible, te servirá para conocer finlandeses allá donde vayas.

35. Suecia: caballo de Dalecarlia

Es un caballito de madera originario de la provincia de Dalecarlia, pero típico ya en toda Suecia. El tradicional es rojo con motivos como el arnés de otros colores. Se empezó a hacer en pueblos que vivían de la industria de los relojes y los muebles con los restos de madera.

36. Noruega: ostehøvel


Es posible que haya uno en tu cocina, pero si no viene directo desde Noruega no es lo mismo. Este rebanador de queso fue inventado y patentado en 1925 por un carpintero noruego. Y, si nunca lo has probado, hazlo: es muy muy útil.

37. Rusia: matrioshka


No vamos a intentar ser originales: volver de Rusia sin unas matrioshkas no tiene perdón. El vodka puedes comprarlo donde quieras. Unas muñecas rusas hechas de verdad por manos rusas no.

38. Dinamarca: Hoptimist


Si son el país más feliz del mundo, tiene sentido que el souvenir que te lleves te ayude a estar de buen humor. Bimble y Bumble son los muñecos clásicos de Hoptimist, un diseño de los años 60 cuyo único objetivo es transmitir alegría. ¿Cómo no sonreír al verlos botar de risa?

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