Esta prenda es adorada en todo México. En Hueyapan (Morelos) lo llaman cenzontle, palabra náhuatl que deriva de centzontilmantli, manta de mil colores, y no se me ocurre una mejor definición.
En el siglo XVIII, el rebozo logró tal importancia que se dictaron leyes y reglas para su confección, tamaño, tejido, clase de hilo y dibujo. Para los siglos XIX y XX, el rebozo ya formaba parte del ajuar indispensable de las mujeres mexicanas, utilizado por figuras hoy icónicas como las soldaderas en la revolución y la artista Frida Kahlo.