1. Los invitados siempre deben contar con una “cajita para llevar”.
Ya sea en una ocasión especial o en una invitación a comer planificada, los colombianos normalmente cocinamos no sólo lo suficiente para esa comida, sino un poquito más “por si acaso”. Por esto, casi siempre habrá sobras para que los invitados lleven a su casa.
Un anfitrión colombiano dirá frases típicas para animar a los invitados a que lo hagan, tales como “Lleve un poquito para el almuerzo de mañana” o “Por lo menos lleve un pedacito de ponqué, yo se lo envuelvo en papel de aluminio”. También insistirán con: “¿No quiere llevar un poquito para sus papás?”, y estará implícito que esta pregunta aplica para esposo, esposa, hijos, hermanos, amigos, compañeros de casa, entre otros. Para los colombianos, aceptar llevar sobras para la casa es simplemente un tema de cortesía.
La cena de Navidad no es la excepción. Créanme: yo he terminado comiendo tamal, pernil de cerdo o pavo relleno por toda una semana después de Navidad.